Con frecuencia, se pierde gran cantidad de tiempo enfocado en lo que se quiere controlar, aunque no esté dentro de nuestro control. Pero, vamos a lo que no podemos controlar.
No podemos controlar las opiniones de los demás. Tal vez se pueden influenciar, esto es particularmente importante si usted está en una actividad donde la imagen y las percepciones sean importantes. Pero, ciertamente es un desgaste andar por el mundo en una cruzada de convertir a todos los que salen a su paso a sus propias ideas y opiniones. Va a ser que no. Será mejor discernir en que es importante llegar a un consenso, hasta donde se quiere, puede y debe argumentar, cuando dejar las cosas como están.
No podemos controlar los errores de los demás o lo que percibimos como errores. Si somos jefes, podemos establecer los mecanismos necesarios para evitarlos en la medida de lo posible, pero nunca nos podremos asegurar al 100%. El tema se vuelve aún mas complejo a título personal, no podemos controlar los errores de la familia ni de las amistades. Se puede guiar en algunos casos, se puede sugerir en otros, pero al final del camino, no se pueden controlar los errores. Y aquí también recordar, que no siempre porque pensemos que es un error, lo es. Tal vez visto de manera objetiva ¡no lo es!.
Los sentimientos de los demás, tampoco los podemos controlar. A como muchas veces no podemos controlar sus acciones…si es en un contexto laboral, tenemos una serie de normas y reglamentos, pero no cubren todo. Podemos inspirar, podemos ordenar, podemos enseñar, pero no podemos controlar todas las acciones. Mucho menos en un entorno familiar, donde mucho de lo que le pasa a los miembros de esa familia puede acontecer fuera del hogar.
Finalmente no podemos controlar mucho de lo que la vida misma nos depara. Siempre podremos encontrar alegría o adversidad en un recodo del camino…a veces la alegría es luchada, buscada, deseada, trabajada…a veces es fortuita. A veces la adversidad es resultado de nuestros errores o también es totalmente fortuita…No todo lo podemos controlar.
¿Cual es el costo de querer controlar todo? Puede ser alguno o todos los siguientes:
Alegría
Paz
Libertad
Energía
Creatividad
Apoyo
Afectos
y muchos más.¿Qué podemos controlar? Podemos controlar nuestras acciones. Podemos controlar nuestras actitudes. Podemos controlar nuestro comportamiento. Podemos controlar el esfuerzo que le ponemos a las cosas.
¿Qué tanto busca usted controlar? ¿Qué tanto quiere controlar lo incontrolable?
En síntesis, podemos controlar el ansia de controlarlo todo. La necesidad de control, nace del temor. Podemos poner nuestro granito de arena en el control de nuestro devenir a través de nuestras acciones, nuestro comportamiento, nuestro esfuerzo y ante todo, la manera constructiva en que trabajamos sobre nuestras actitudes.