Es un problema de muchos, que no tiene nada que ver ni con responsabilidad ni con inteligencia. Es un vicio, un defecto, un hábito. Muchas veces se entiende como que uno tiene mejores capacidades y trabaja mejor bajo presión. También se le achaca a la adrenalina. O a la falta de inspiración, mal momento, mala hora, mal día. Pero lo cierto es que al final del camino, trae mucho stress, agobio, cansancio, angustia y lo mas importante, es que mientras mas lo repetimos trae mas desgaste. En inglés tiene un verbo "to procrastinate" y un sustantivo "procrastination".
Test para saber si cae en la lista de los que dejan todo para última hora, conteste nada mas falso o verdadero:
- ¿Sobrestima el tiempo que les queda para realizar tareas?
- ¿Subestima el tiempo que le va a tomar completar las tareas?
- ¿Sobreestima el grado de motivación que sentirá al día siguiente, la próxima semana, el próximo mes ?
- ¿Piensa que para tener éxito en una tarea requiere que se sienten ganas de hacerlo?
- ¿Cree que cuando no está en el estado de ánimo el trabajo no es el óptimo?
Si contestó verdadero a tres o mas…está en la lista de los que dejan todo para última hora.
Hay muchas razones por lo cual las personas lo hacen, claro está estoy hablando cuando no es pura y estricta vagancia. Y si, no todos los que dejan las cosas pendientes, son vagos. A veces hay razones inconscientes y mas difíciles aún de controlar.
El temor. Temor a que le vaya mal. Temor a que le vaya bien y que después tenga un reto aún mayor. O tal vez la tarea se le hace enorme. Tal vez se ha quedado anclado mentalmente en la primera vez que le tocó hacer algo así y lo difícil que fue. Aquí lo mejor es fraccionarla y así ir teniendo pequeños logros. O repase mentalmente, las veces que le ha ido con un tipo de trabajo similar, reafírmese en que puedo lograrlo con igual o mayor nivel de éxito. Esto sucede reiteradamente con la gente perfeccionista...debe ser tan perfecto, que se vuelve imposible.
O tal vez es algo que no le gusta o no considera que deba hacer y secretamente se cuela el diablillo de la rebelión. O es algo que le incomoda, como por ejemplo, trabajar en un reporte de gastos o en una tarea administrativa. Y nada que empieza. En este caso es mejor recordar que de todas maneras lo tiene que hacer, por lo cual, mientras antes, mejor. Se puede pensar en la recompensa que puede ser terminar esa tarea o tal vez peor, en la penalidad que le terminará costando no hacerlo. Eso me pasa a mi con los reportes de gastos de viaje (los he odiado siempre y además siempre pierdo comprobantes) y con arreglar un closet. No puedo...veo el closet y me dan ganas de salir corriendo. Y los reportes benditos...uff, ay mil cosas mas divertidas que eso. Hasta que me hace falta plata y entonces ya pasan a ser divertidos.
Algunos “tips” para hacerle frente:
- Haga una lista de todo lo que tiene que hacer.
- Desagregue cada labor en tareas mas pequeñas, de tal manera que puede ir completando los diferentes componentes de la labor.
- Empiece por lo que le gusta mas o le desagrada menos, en la medida de lo posible.
- Sea honesta, elimine lo que sabe que nunca va a hacer o busque alguien que se lo haga.
- Estime la cantidad de tiempo que usted piensa que le llevará a completar una tarea. A continuación, aumentar la cantidad en un 100%.
- Si es una tarea muy grande y compleja, que tal vez nunca ha hecho, póngale un principio y un final. Tal vez así empiece a conceptualizar la ruta óptima para hacerlo y su cerebro se reconecta.
Ante todo cobre conciencia y tome las riendas. No se puede manejar un auto que está estacionado.