Que me perdonen el poeta cubano Pedro Santacilia y el compositor costarricense Manuel María Gutiérrez, autores —en ese orden— de la letra (1852) y la música (1862) del himno Patriótica Costarricense, por la libertad que me tomo para compartir algunas reflexiones inspirado en una de las más odiosas e injustas facetas de la Costa Rica en que vivimos desde hace ya varias décadas, y que en estos días se ha puesto aún más en evidencia...
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Costa Rica es mi patria querida, (siempre y cuando pueda "ordeñarle" privilegios)
vergel bello de aromas y flores (también de pensiones millonarias y convenciones colectivas)
cuyo suelo de verdes colores (el rojo brilla por su ausencia pues nadie se sonroja por los beneficios para unos pocos que pagamos todos)
densos ramos de flores vertió. (más frondoso el ramo de las incapacidades con goce de salario).
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A la sombra nací de tu palma, (se refiere a los ciudadanos excluidos de la fiesta con las arcas del Estado)
tu sabana corrí siendo niño, (sí, a esos que no les queda más que ir de paseo a La Sabana)
y por eso mi tierno cariño (y por eso mi dura indignación)
cultivaste por siempre mejor. (cultivaste por siempre mejor).
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Yo no envidio los goces de Europa, (tampoco los de los funcionarios que se creen intocables)
la grandeza que en ella se encierra; (¿cuál grandeza?, ¿no será más bien la bajeza, egoísmo, mezquindad?)
es mil veces más bella mi tierra (es mil veces más pobre mi IVM)
con su palma, su brisa y su sol. (con mi aporte, el patronal y su administración).
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La defiendo, la quiero, la adoro, (la exprimo, la saqueo, la quiebro)
y por ella mi vida daría, (me interesa más todo lo que ella pueda darme a manos llenas)
siempre libre ostentando alegría (siempre libre ostentando prebendas)
de sus hijos será la ilusión. (de sus hijos será la grave situación).
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Concluyo con dos viejos y populares refranes españoles: "Al que le caiga el guante, que se lo plante", que es lo mismo que decir "Al que le pique, que se rasque".