Islandia no es solo el país que sorprendió al mundo en la Eurocopa 2016 jugada en Francia. Es, además, la primera nación que impulsa una legislación tendiente a obligar a los patronos a demostrar que le pagan iguales salarios a hombres y mujeres.
El tema no es nuevo en ese territorio insular del Atlántico Norte, más cercano a Groenlandia que a Europa, con una superficie de 103.125 kimómetros cuadrados y una población de 330.000 habitantes.
Allí, donde las nevadas son más frecuentes en el norte que en el sur, existen leyes de salarios igualitarios hace cincuenta años. Sin embargo, estas no han sido capaces de lograr plenamente ese objetivo, lo cual sí sucedería con la nueva y más vigorosa propuesta.
"La historia ha demostrado que si uno quiere progreso, debe impornerlo", afirma el ministro de Asuntos Sociales e Igualdad, Thorsteinn Viglundsson.
El 2018 y el 2022 son los años clave de este plan. En el primero de ellos, en caso de aprobarse la propuesta, las compañías más grandes y las agencias gubernamentales deben realizar auditorías para obtener una certificación de cumplimiento de las reglas de pago igualitario. Las firmas con menos de 25 trabajadores tendrán que hacer lo mismo a partir del 2022.
Así se acabaría, entre otros hechos, la costumbre femenina de negociar —en las entrevistas de trabajo— salarios un 30% menos que los que piden los hombres.
De acuerdo con Snorri Olsen, director de Aduanas de Islandia, "hay una tendencia a ver el trabajo hecho por los hombres como más valioso. Esta es técnicamente una discusión de salarios igualitarios, pero realmente gira en torno a la igualdad en nuestra sociedad".
La desigualdad salarial entre géneros es una realidad en muchos países, incluido Costa Rica. Aquí, las mujeres ganan 28% menos que los hombres —aún teniendo características similares a las de ellos, como un posgrado—, según lo probó El Financiero en abril del 2015 con su Calculadora Salarial, elaborada con datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos (Enigh) del 2013.
Uno se pregunta: ¿está haciendo algo en serio la clase política en torno a esta situación? No me refiero a discursos populistas o demagogos, sino a medidas concretas. ¿Y las empresas? ¿Cuáles y cuántas están dando paso en esta dirección?
¿Por qué no incluir este tema en la agenda nacional así como lo está haciendo Islandia (cuya selección de fútbol empató con Portugal y Hungría, le ganó a Austria e Inglaterra y perdió solo con Francia en la pasada Eurocopa) y dar una sorpresa goleando a la desigualdad salarial?
Lo invito a leer más sobre este tema en la próxima edición de El Financiero, específicamente en el contenido editorial que nos provee el periódico estadounidense The New York Times. ¿El título? "¿Salarios iguales para ambos sexos en Islandia?"