Lo confieso: siento una gran admiración por Juan Diego Castro.
Son varias las razones por las cuales lo estimo, respeto y valoro; múltiples los motivos por los que me entusiasma, asombra y enorgullece.
En primer lugar, el hecho de que este costarricense no le teme a los grandes retos, a los sueños que muchos califican de imposibles ni a los obstáculos que se interpongan en su camino. Es valiente.
Además, tiene metas muy claras, bien definidas, sabe a dónde quiere llegar y posee el coraje, empuje, ambición, espíritu de sacrificio y motivación para luchar por lo que se propone y alcanzarlo. Se guía por objetivos, no por ocurrencias ni improvisaciones.
Tercero: es sumamente táctico, metódico, organizado, estudioso de sus rivales, disciplinado, habilidoso, inteligente, comprometido; conforme pasa el tiempo se le nota el crecimiento que ha experimentado en materia de administrar sus pasos y energía. Es estratégico.
Como si fuera poco, ha demostrado que sabe medir los tiempos de acción con precisión de cronómetro suizo, un arte que no todo el mundo es capaz de ejecutar con maestría. Es calculador en el buen sentido de la palabra; para él, el tiempo es oro.
En quinto lugar, tiene la capacidad de ilusionarnos, alegrarnos, llenarnos de esperanza a todos los costarricenses con logros concretos fruto de su esfuerzo. Merece que creamos en él y le demos todo nuestro apoyo.
También, muy importante, es un ejemplo, un modelo a seguir sin duda alguna. Nos recuerda que no es cierto que todo esté perdido en Costa Rica, pues aún contamos con capital humano que se suda la camiseta en aras de poner en alto el nombre de nuestro país.
¿Cómo no admirar a ese joven atleta costarricense que este sábado 15 de julio correrá en la gran final de los 800 metros lisos en el Mundial de Atletismo Sub 18 que tiene lugar en Nairobi, Kenia? Sea cual sea el resultado —confío en que gane alguna medalla— emociona saber que contamos con un joven valor capaz de brindarnos muchas satisfacciones; no en balde el velocista Nery Brenes le dijo a La Nación: "Posiblemente es lo mejor que ha parido el país en la disciplina del atletismo, por mucho. Solo hay que pulirlopero hay tiempo de sobra por su juventud. Es un joven muy esforzado y disciplinado, y precisamente por eso es que está donde está".
Lo reitero: siento una gran admiración por Juan Diego Castro.