Por la libre

Chinchilla deshonra el cargo de Presidenta

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La ocasión llamaba para un acto inédito en la presidencia de Laura Chinchilla Miranda: Un mea culpa. Quizás hasta algo más. Y por un momento muchos creímos que así sería: una presidenta confinada a su oficina todo el día sin ninguna actividad más que recibir "amigos", un llamado a cadena nacional a la poco ortodoxa hora de las 9 pm, una reunión con el pleno del gabinete antes de salir con un anuncio importante a la nación. ¿Todo para qué? Para ver a la misma Laura Chinchilla de siempre, haciendo lujo de su típica arrogancia y desfatachez, decirle al país que ella ha sido la víctima de toda esta situación y que sus colaboradores más cercanos le fallaron y la pusieron en peligro. Nos fuimos de inocentes quienes esperábamos una muestra genuina de constricción presidencial.








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