Ayer el programa Siete Días de Teletica tuvo un muy interesante segmento sobre los argumentos a favor y en contra de la dolarización. Me llamó poderosamente la atención la debilidad de los argumentos de quienes se oponen a adoptar el dólar como moneda oficial en Costa Rica, por lo que me gustaría tratarlos aquí:
1.- "Dolarizar no resuelve los problemas de fondo"
El típico argumento "pomada canaria": como una propuesta no resuelte todos los problemas del país, entonces no merece ser analizada. Esta constituye una pobre manera de discutir política pública. En particular, los opositores señalan que dolarizar no resolvería el problema fiscal del país. Pues no. El propósito de la dolarización es resolver los problemas monetarios de Costa Rica (alta inflación, incertidumbre cambiaria, altas tasas de interés) y no los contratiempos fiscales del momento. Para eso se necesitan... políticas fiscales responsables.
Eso no quiere decir que no haya una relación entre política monetaria y política fiscal. Cuando los opositores de la dolarización mencionan el tema fiscal dentro del contexto de la política monetaria, lo que están diciendo es que en última instancia lo que quieren es la posibilidad de que el Banco Central pueda financiar al gobierno central mediante inflación (imprimiendo colones). Como sabemos, la inflación es un impuesto oculto que castiga desproporcionadamente a los pobres. Precisamente dolarizar es bueno porque quitaría esa tentación de los políticos de inflar la moneda para financiar su gasto irresponsable o licuar las deudas del Estado.
2.- "Tendríamos que endeudarnos para dolarizar"
El primero es un argumento pobre pero válido. Este es simplemente falaz, y sorprende ver a un economista como Leiner Vargas esbozándolo. No es cierto que el país deba endeudarse para dolarizar, como lo explicara en el 2010 Steve Hanke, profesor de economía aplicada de Johns Hopkins University. El BCCR cuenta con reservas internacionales netas suficientes para sustituir todo el circulante. De hecho, a marzo del 2013 el Banco Central tenía dos veces el monto de la base monetaria restringida. De dónde saca Vargas que hay que endeudarse es un misterio. Basta ver los ejemplos de El Salvador y Ecuador que nunca se endeudaron para dolarizar.
Curiosamente en Siete Días tanto Leiner Vargas como Miguel Gutiérrez Saxe afirmaron que, en el caso de El Salvador, le fue fácil dolarizar porque recibe altos niveles de remesas de sus emigrados en Estados Unidos. Sin embargo, aquí lo que importa a la hora de analizar la oferta de dólares no es un rubro particular de ingresos de divisas, sino el monto total de las mismas. En el 2012 a El Salvador entraron por concepto de exportaciones, turismo, inversión extranjera y remesas aproximadamente $10.500 millones (un 44% de su PIB). A Costa Rica el mismo año entró un aproximado de $21.800 millones (48%) del PIB. Es decir, a pesar de las remesas, a Costa Rica entran más divisas que a El Salvador.
Claramente aquí estoy considerando únicamente las entradas de divisas, sin embargo lo que determina el circulante en una economía dolarizada es el flujo neto de estas. Pero la objección de Vargas y Saxe se limita nada más a la oferta de dólares, no a este segundo punto. En todo caso, Costa Rica cuenta con una posición aún más sólida que la de El Salvador porque sus fuentes de divisas son más diversificadas que las del vecino, lo que se constata en los diferentes niveles de exportaciones, turismo, inversión extranjera y remesas.
También sobre El Salvador, Miguel Gutérrez Saxe mencionó que en el 2011, a pesar de estar dolarizado, ese país tuvo una inflación del 6% (en realidad fue del 5.1%). Pero me parece poco serio hacer un análisis basado en un solo año. Mejor veamos cuál ha sido el promedio de inflación de los dos países en los últimos 11 años desde que El Salvador dolarizó: Costa Rica con un 9.4% versus El Salvador con un 3.7%. Es decir, en los últimos años Costa Rica ha tenido un promedio inflacionario 2.5 veces superior al de El Salvador.
3.- "Se perdería un instrumento monetario"
Este es el argumento de libro de texto. Contar con una moneda propia brinda a las autoridades la flexibilidad necesaria de ajustar la política monetaria de acuerdo a las coyunturas económicas del momento. En el libro suena muy bonito. Pero, ¿para qué ha servido en la práctica este "instrumento monetario" en Costa Rica en los últimos 30 años? Según las mismas palabras del presidente del Banco Central, para subsidiar a exportadores y banqueros privados a costa de los pobres. La capacidad de determinar el valor del colón que tiene la Junta Directiva del Banco Central ha sido puesta al servicio de los grupos más poderosos del país en detrimento de los más pobres que pagan con inflación. Esa es la parte que convenientemente omiten explicarnos los opositores de la dolarización cuando hablan de su "instrumento monetario".
En una economía dolarizada, la cantidad de dinero circulante no dependería de las decisiones arbitrarias de 7 viejos en la Junta Directiva del BCCR, sino de factores que escapan del control de un grupo de interés en particular, como es la entrada de divisas por concepto de exportaciones, inversión extranjera, remesas y turismo, y las salidas de divisas explicadas mayormente por las importaciones. Además, para aquellos que gustan de mantener algún tipo de instrumento de política monetaria, el BCCR aún podría tener a su mano herramientas como el encaje mínimo legal y las operaciones de mercado abierto mediante la compra y venta de bonos. El "intrumento monetario" que se perdería con la dolarización es la capacidad actual del BCCR de inflar la moneda antojadizamente.
Mañana el Instituto IDEAS tendrá un foro sobre el tema de la dolarización donde se ventilarán los argumentos a favor y en contra. Pueden ver más detalles aquí. Bienvenido el debate.