He visto muchas veces como los “expertos” en innovación hablan sobre las “mejores prácticas” y “herramientas” para innovar, utilizando lenguaje rebuscado y frases en inglés que más que aclarar, terminan confundiendo al empresario. Lo lamentable es que el público “pyme” termina pensando que no es factible para ellos, alejando cada vez más la innovación de la base de la pirámide empresarial.
Por ello, el título de esta nota diría que empecé mal. Espero que no, mi expectativa es que cuando usted termine de leer, perciba que los números a los que me refiero, y a los que muchas veces no les da importancia, pueden jugar a su favor.
Por ello, y para hablar de innovación real, de la que se puede hacer y no supone inversiones cuantiosas; me parece que debemos empezar por dejar de vivir en la nube y subirnos las mangas para presentar ideas y reflexiones que “conecten” a los empresarios y los inviten a generar innovaciones nativas, basadas en sus propias competencias y conocimientos, con lo que tienen disponible y que les genere resultados. ¿Cuál será la conclusión de ello para el empresario novato en estos temas? Lo entiendo, es posible, me puede generar ganancias, me gusta. Por lo tanto, ¿Qué tal si empezamos a hacerlo de una forma sistemática? ¿Será posible?
Para ello es importante encontrar un ejemplo que pueda ser: (i) entendible, (ii) útil, (iii) cotidiano, (iv) que genere cambios en la forma de hacer las cosas, (v) que esos cambios generen utilidad. A veces esto significa que deberemos abusar de los conceptos (o más bien, adaptarlos a nuevas realidades). El que utilizaremos para ilustrar es el de “Big Data”. Entenderemos Big Data como el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), que utiliza sistemas que manipulan grandes conjuntos de datos. Lo importante de ellos, más allá de cómo se registran (captura), se almacenan, se transfieren, etc., está en el análisis de los mismos, es decir, para que los puedo utilizar.
Todos sabemos que es una factura, o bien un recibo. En principio, le sirve al empresario para registrar la venta y hacer la contabilidad. Sin embargo, si analizamos el contenido de la misma, ¿Qué información lleva? El monto de la compra, los productos comprados y sus cantidades, la fecha de la compra, y si nos acostumbramos, también el nombre de la persona que compra. Convirtamos esto en Big Data. Si hacemos un registro –digamos en Excel- de toda la información que acabamos de señalar, tendríamos, los montos de compras por día, semana y mes. Podríamos saber que producto se vende más en esos períodos y por tanto, cuanto pedir de los mismos. Sabríamos si hay productos con estacionalidad (que se compran más en un determinado periodo de tiempo), para mejorar el abastecimiento. Eso es para nuestra distribución de pedidos.
Del otro lado, esa información también dice quién nos compra, cuando y cuanto, que es lo que más nos compra y lo menos; si viene muy seguido o muy poco. Esto nos permite conocer mejor a nuestro cliente, saber que le gusta y que no, y por tanto, atenderlo de mejor forma. También puede ser una herramienta de fidelización para a los asiduos compradores. Bueno, eso es lo que hace Amazon® basado en nuestros patrones de compra. Y para esto solo necesita dar factura. Todo lo anterior sin considerar el beneficio para la Hacienda pública y para su tranquilidad como empresario.
Esta es una forma de que una pyme use la información con la que cuenta para mejorar su toma de decisiones. Acaba de ver una innovación usando Big Data. ¿Le parece complicado? ¿Cree que no puede hacerlo? Eso es innovación, es factible, lo puede hacer usted mismo, y le aseguro, le va a generar beneficios.
La idea de PYMEScopio siempre ha sido hacer, aprender y enseñar. Porque uno no puede aprender si no hace, y no puede enseñar si no aprende.