Un tema alrededor del cual aún hay mucho tabú y estereotipo son los desórdenes alimenticios. Quienes los padecen les avergüenza decirlo y buscar ayuda y quienes conocen a alguien que los padezca se sienten inseguros de cómo interactuar con ellos.
Hoy en día los trastornos de conducta alimentaria son considerados el desorden psiquiátrico que posee un mayor riesgo de mortalidad, por lo tanto no son algo que debemos pasar por alto. Por el contrario, debemos educarnos e informarnos al respecto.
Hoy quiero compartir de un trastorno alimenticio que muchas veces pasa desapercibido aún por quienes lo padecen y que se estima que entre un 30 a un 40% de quienes buscan perder peso pueden tenerlo. Este es el trastorno por atracón comúnmente conocido como comedor compulsivo.
Un atracón no es cuando se come más de la cuenta en un cumpleaños o Navidad y se queda muy lleno, sino es esta conducta que tiende a darse de manera repetida y tiene características como: sentimiento de perder el control con la comida, comer más cantidad de lo normal en poco tiempo, hacerlo a escondidas, sentir culpa después del mismo y gran sensación de llenura.
Las causas del atracón pueden ser varias, como por ejemplo: emocionales (aburrimiento, tristeza, estrés, soledad), hábitos (pasar siempre por el mismo supermercado o restaurante, tener un atracón siempre a las 9pm), restricciones calóricas, pasar muchas horas sin comer o ciertos alimentos detonantes los cuáles tienden a ser específicos para cada persona.
Al igual que cualquier desorden alimenticio, la recomendación es trabajarlo de manera interdisciplinaria con otros profesionales de la salud como psicólogos y psiquiatras junto con el nutricionista, ya que las causas del atracón y la relación de las personas con la comida y el peso deben trabajarse desde esas áreas también.
Aunque no todas las personas quienes padecen este trastorno tienen sobrepeso y obesidad, la mayoría batallan por perder peso. Si usted se identifica con lo que hasta ahora he escrito quiero que recuerde esto: su solución no es hacer dieta. Recuerde que una de las causas de los atracones es pasar por un proceso de restricción calórica o de algún macronutriente como los carbohidratos. Por lo tanto, una dieta restrictiva lo meterá en un círculo vicioso al ser una puerta que le abre a más atracones, más culpa y más frustración.
¿Qué necesita entonces? Ordene su alimentación, haga todos los tiempos de comida, no elimine grupos de alimentos y equilibre su ejercicio. Aquellos alimentos detonantes de atracones (que usted siente que lo hacen perder el control) pueden ser eliminados al principio y ser reintroducidos poco a poco mientras va avanzando en su proceso.
Existen algunas estrategias de conducta que pueden ayudarle a manejar los atracones a lo largo del proceso:
- Busque actividades alternativas: cuando percibe la ansiedad llame a alguien, ponga música, busque a su mascota, etc. Piense en estas actividades de antemano.
- Cambie de ruta si su problema es comprarse comida para el atracón en restaurantes o supermercados específicos por los que normalmente transita.
- Retrase el atracón: decida tenerlo pero esperándose 10 a 15 minutos, esta espera puede que quite las ganas, lo distraiga o haga que la cantidad de comida sea menos.
- Tenga el atracón sentado en la mesa y sirviéndose la comida en un plato. No coma directamente del recipiente ni viendo tele.
- Negocie con usted mismo con respecto a cuánto comer, ej: en lugar de comprarse papas, galletas y helados. Solo será papas y galletas.