De acuerdo a Thomas Friedman, periodista, escritor estadounidense y tres veces ganador del Pulitzer, el gran reto para el ser humano en el siglo XXI será desarrollar la capacidad de ser flexible y adaptarse a los cambios que ocurren a gran velocidad en el mundo.
Friedman refuerza en su libro The World is Flat lo que Darwin en su teoría de la evolución de las especies declaró a fines del siglo XIX: No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio.
El aporte más grande de Friedman para mí, entonces, no es el decir que debemos ser flexibles para sobrevivir, sino qué significa ser flexibles hoy. Friedman afirma que la habilidad más grande que podemos desarrollar, es la habilidad de aprender cómo aprender.
Leyendo a Friedman pienso en mi papel de madre de una adolescente. Mi hija que pasó a segundo de secundaria me explicó hace algunos meses que un profesor les quitó la posibilidad de citar a Wikipedia como de sus trabajos por ser una fuente poco confiable. No estoy de acuerdo con el profesor: el que no aprenda a navegar en internet para encontrar información verídica y sólida para tomar decisiones tendrá problemas serios en el futuro. Eso es aprender cómo aprender, para mí el profesor de mi hija está fallando en su papel de profesor en el contexto actual. ¿No sería mejor dejarlos citar a Wikipedia luego de haber hecho una verificación en otras fuentes, citando a Wikipedia y a esas otras fuentes?
A propósito de evolución, flexibilidad y adaptabilidad, Friedman concuerda en un conversatorio con Daniel Pink, autor del libro A Whole New Mind sobre la importancia de la “curiosidad” como una adaptación evolutiva deseable:
CQ + PQ > IQ
CQ: Curiosidad
PQ: Pasión
IQ: Inteligencia
Lo que explica Daniel Pink a Friedman es que en el mundo es más probable sobrevivir si eres curioso y apasionado por lo que haces que si eres inteligente. Pink dice que la curiosidad no es una adaptación evolutiva reciente; explica en su libro que el ser humano que no era “curioso” se convertía en el almuerzo del que si lo era o de algún otro animal en la antigüedad.
¿Cómo contribuyen nuestros sistemas escolares a desarrollar curiosidad en nuestros estudiantes? ¿Cómo contribuyeron en el pasado a desarrollarla en nosotros, en usted y en mí?
¿Qué sabemos de la enseñanza para el desarrollo del pensamiento creativo?
Es relativamente fácil enseñar ingeniería, contabilidad, ¿pero cómo se enseña a ser creativo bajo una situación que no se estudia en las aulas porque no existía antes porque el contexto era distinto? Ese es un déficit grande de nuestros sistemas escolares, pero también de los programas de postgrado y de entrenamiento ejecutivo gerencial.
La integración de, por un lado, las disciplinas como el arte y el diseño (lado derecho del cerebro) y por otro, las matemáticas y la ingeniería (lado izquierdo del cerebro), con una gran dosis de creatividad, es lo que hicieron posible la creación del iPod. Leyendo la biografía de Steve Jobs, uno llega a la conclusión que ninguna institución educativa podía haber hecho esta integración de disciplinas o áreas del conocimiento para lograr esta creación.
Jobs, como Gates y muchos otros empresarios que han revolucionado el mundo hoy, no se educaron en un sistema “formal”. Si lo hicieron, como Tony Hsei, no fue gracias a la educación formal, sino cuestionando o rechazando mucho de la rigidez de la misma, que lograron desarrollar compañías exitosas.
El que estudia ingeniería tradicionalmente, no tiene acceso en la educación formal tradicional a áreas del conocimiento que le permitan desarrollar otras áreas del cerebro que no sean exclusivamente las áreas del cerebro izquierdo. ¿Quién se preocupa del desarrollo del lado derecho del cerebro de nuestros actuarios, ingenieros, matemáticos?
O, ¿del desarrollo del lado izquierdo del cerebro de nuestros escritores, diseñadores y artistas?
¿Qué ocurre con nuestra habilidad para ser flexibles y creativos si desde niños tendemos a sesgar el desarrollo de nuestro cerebro y el de nuestros niños hacia uno u otro hemisferio por una deformación que impone la educación formal?
Y cierro mi reflexión con una muy buena pregunta de Friedman:
¿Qué tan bien está invirtiendo en usted para mantenerse flexible y adaptable en el mundo actual?
¿Cuáles son las áreas que le falta desarrollar?
¿Cuáles competencias son claves y no tiene?
¿A dónde las puede encontrar?