La baja en los precios internacionales, el impacto de la roya, el tipo de cambio y una debilitación en el relevo generacional en las familias caficultoras son las principales causas para la fuerte caída en la exportación del café.
De acuerdo con cálculos del Instituto del Café (Icafé), la cosecha que concluye en marzo próximo caerá un 20% en relación con la de marzo pasado.
El quintal, que contiene 46 kilos del grano, costará en promedio $150, en tanto que hace un año estaba en $200 y hace dos años, en tiempos de bonanza, el valor alcanzaba más en $300.
Los productores de café ya tienen vendido el 50% de lo que recolectarán.
“La baja en los precios y el tipo de cambio que se mantiene pegado a la banda inferior ha golpeado mucho al sector. El valor ha caído 50% en los últimos 15 meses”, dijo Ronald Peters, director del Icafé.
Según cifras de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), en el dato acumulado a octubre, el valor de la exportación del grano de oro se vino abajo de $376 millones, en el 2012, a $281,6 millones en el 2013. Esto significa una variación de -25,10.
En cuanto a toneladas exportadas, se pasó de 76.974 a 75.140, una variación de -2,4%.
“Estamos colocando la cosecha, pero a un precio mucho más bajo”, dijo Peters.
Fideicomiso aún pendiente
De las 93.000 hectáreas que se siembran en el país, el 67% (63.441 hectáreas), ha sido afectado por la enfermedad de la roya.
De acuerdo en el Icafé, del total de las plantas con la enfermedad, 15.900 hectáreas (25%) fueron dañadas de manera severa.
El Gobierno anunció un fideicomiso de ¢20.000 millones para ayudar a los productores, el cual a estas alturas del año no se ha repartido.
De los 50.000 productores de café del país, con el fideicomiso se beneficiarán cerca de 25.000.
Se está a la espera del refrendo por parte de la Contraloría para ejecutarlos. Peters tiene la esperanza de que el dinero se reparta a principios del 2014.
Del total del fideicomiso, ¢15.000 millones se distribuirán para la renovación de cafetal, el mantenimiento o capital de trabajo, recaudación de deuda y atención de cafetales.
Los restantes ¢5.000 millones se darán al Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) para asistencia directa a quienes califiquen como grupo familiar necesitado o de pobreza coyuntural por los efectos de la roya.
Los productores que resultaron más golpeados son los de las zonas de Pérez Zeledón y Coto Brus.
La viceministra del MAG, Xinia Chaves, explicó que ya se depositó todo el dinero en la cuenta del Ministerio.
“Yo espero que el contrato no tenga correcciones para que ya salga. La parte social es muy urgente y yo espero que la Contraloría nos responda lo antes posible”, señaló.
El problema de la roya surgió por la disminución de la lluvia y el aumento de la temperatura a finales del 2012.
Relevo generacional
A la presidenta de la Cámara de Exportadores (Cadexco), Mónica Segnini, le preocupa, además, el poco relevo generacional en las familias caficultoras del país.
“Los hijos de los productores de café se están dedicando a otras actividades y no están continuando con la tarea”, dijo.
Pareciera que la agricultura está dejando de ser atractiva para las nuevas generaciones.
Cifras de Cadexco muestras que el sector del agro cayó 7% este año, en relación con el año pasado y ese papel de los hijos es señalado como una de las causas.
“Tenemos que ponerle atención a este tema de los jóvenes. Es muy importante mejorar la productividad y las tecnologías. Hay que multiplicar eso para que continuemos en el campo”, señaló Peters.
La viceministra Chaves explicó que uno de los componentes importantes en el sector agrícola es el relevo generacional y hay mucha preocupación.
“Tendremos que tener un agricultor profesional, eso es muy importante, que las nuevas generaciones se complementen con una profesión. Es todo un reto y la parte financiera por eso es muy importante”.
Sin embargo, mientras las autoridades procuran acciones para sostener el grano a largo plazo, la caída de los precios y la roya obligan a revisar la estrategia de corto plazo.