El 30 de setiembre finalizó el período fiscal 2015 para la gran mayoría de contribuyentes. Inicia ahora una etapa de revisión y preparación de la información financiera a fin de presentar la Declaración del Impuesto sobre la Renta al 15 de diciembre. Ante esta situación, tome en cuenta los siguientes elementos.
Según lo dispone la Ley del Impuesto sobre la Renta, el resultado contable es la base del resultado fiscal. Por ello, lo primero que debe considerar es un cabal cumplimiento a la normativa contable.
Una vez que su contabilidad esté lista, tendrá que considerar todas aquellas disposiciones de carácter tributario que la ley establece de manera distinta de la contable.
Estas disposiciones se denominan ajustes fiscales, y modificarán el resultado de su información financiera a través de una conciliación fiscal. Muchas empresas omiten esta situación y no realizan ajustes a su contabilidad financiera, lo que podría generar pagos fiscales en exceso e incumplimientos de la normativa fiscal.
No intente planificar fiscalmente en unos días lo que no hizo en todo un año. Salvo que se trate de ajustes menores a la contabilidad derivados del proceso propio de revisión, no lleve a cabo estrategias agresivas que podrían ocasionarle un perjuicio futuro.
La contabilidad debe reflejar la realidad de la actividad de la empresa. Todo ajuste deberá reflejarse en los movimientos de su cuenta bancaria y en documentos válidos. No crea que modificando sus números podrá engañar a Tributación.
Cualquier estrategia fiscal debe guardar razonabilidad y estar fundamentada normativamente. Las sanciones son realmente altas, y la renuencia al pago de hoy le puede ocasionar un mayor pago mañana.
Recuerde que se ha modificado el marco normativo a lo largo del período fiscal. La Administración ha aprobado reglamentos, resoluciones y directrices que podrían afectar el cierre. Revise, investigue, pregunte: no asuma algo sin una adecuada verificación.