Henning Jensen tiene cinco semanas ocupando la Rectoría de la Universidad de Costa Rica (UCR) y han sido semanas de agitación en la principal casa de educación superior del país.
Cambios en el mecanismo de admisión y en la dirección del Semanario Universidad , avisan que los cuatro años de este psicoterapeuta, graduado de la Universidad de Friburgo (Alemania), al frente de la UCR podrían traer algunas transformaciones.
Los retos que enfrenta la más prestigiosa universidad del país no son pocos.
Es la institución que se queda con la tajada más grande del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que financia a las universidades públicas. Pero eso no le alcanza para admitir a un número mayor de los 7.500 estudiantes de primer ingreso que acepta en la actualidad.
La cifra es baja. No es ni la cuarta parte de las personas que realizaron el examen de admisión en el 2011.
En promedio, sus estudiantes duran ocho años en obtener su título, y no se sabe cuántos desertan, según explicó la oficina de Divulgación de la UCR, ante una consulta de EF.
Además, esta institución, fuente de orgullo para Costa Rica y alma máter de muchos profesionales locales, es ahora blanco de críticas del sector productivo y de las autoridades de Comercio Exterior.
La queja sobre las falencias de la fuerza laboral del país para construir una economía innovadora no puede recaer solo sobre los hombros de la UCR, asegura Jensen.
El nuevo rector no está en estado de negación.
Reconoce algún grado de desconexión con la comunidad nacional y asegura que el estudiante debe volver a ser el centro de la vida en la Universidad de Costa Rica. Tiene cuatro años para lograrlo.
En el 2011, cerca de 32.000 personas hicieron el examen de admisión de la UCR. La matrícula de primer ingreso rondó las 7.500 personas, es decir el 23%. ¿Es la UCR una institución elitista?
No, porque eso no es señal de elitismo. A nivel de la educación secundaria, hay una deserción del 50% de los jóvenes. Eso significa que hay una selección social previa de quienes podrán ingresar a la educación superior pública. De manera que aquello que puede ser imputable a la UCR, es en realidad imputable a la sociedad como un todo.
“Aunque es correcto decir que quienes estudian en colegios privados tienen mayores probabilidades de aprobar el examen de admisión, un 69% de quienes ingresan a la UCR provienen de colegios públicos. Tenemos más estudiantes de colegios públicos, porque hay más colegios públicos.
“La UCR no hace una selección en términos socioeconómicos, sino académicos. Ingresan 7.500, porque esa es la capacidad instalada de la UCR. La solución es aumentar el presupuesto”.
El presupuesto de la UCR ha crecido.
Pero no es ilimitado. Las universidades públicas hacen un esfuerzo por aumentar la matricula y se han comprometido a aumentar de forma progresiva un 21%. Eso se está cumpliendo.
¿Cuanto se ha logrado?
Exactamente la cifra no la puedo decir ahorita, pero sí ha habido un crecimiento. Por ejemplo, en Medicina de 80 cupos se pasó a 120. Existe un crecimiento en la matrícula.
El examen de admisión es estructurado por el Insituto de Investigaciones Psicológicas que usted dirigió. ¿Incide esta prueba en que ingrese a la Universidad un estudiante con un mismo tipo de inteligencia?
La prueba es una buena prueba de aptitud académica y mide un factor general de inteligencia como ha sido descrito en la literatura científica. Es una prueba basada en el vocabulario, formulada lingüísticamente. Ya eso representa un prejuicio. Personas con mayor educación manejan mejor lenguaje. Por eso estamos trabajando en el desarrollo de una prueba alternativa o complementaria, que no esté basada en el lenguaje, que es algo susceptible de mejora gracias a factores socioeconómicos.
¿Cuándo se implementarían esos cambios?
No es un cambio total, serían pruebas alternativas o complementarias. Estarían funcionando para el 2014. Hemos trabajado dos años en esto con población indígena, desarrollándolo con investigadores surafricanos. La experiencia de ellos nos ha permitido desarrollar una muy buena prueba, y lo que falta es hacer una propuesta de cómo se aplicará y del aparato de soporte para los muchachos que puedan ingresar por este medio a la UCR.
¿Hay desconexión entre las necesidades de la economía del país y la Universidad?
En muchas cosas sí, en otras no.
¿En cuáles no hay sincronía?
Depende de las dimensiones que tomemos en consideración. La Universidad prácticamente durante toda su existencia ha estado muy conectada con el sector agrícola y ha hecho contribuciones invaluables su desarrollo.
“Desde ese entonces hasta el presente se creó una gran riqueza social gracias a esa interacción. La construcción entera de este país se debe a una formación rigurosa en ingenierías. Pero hay campos donde no estamos vinculados suficientemente”.
¿Cuáles son?
Podríamos hacer más contribuciones en las ciencias físicas, promoviendo la innovación tecnológica. Eso se queda mucho en el ámbito universitario.
Las autoridades de comercio y atracción de inversión señalan que hay deficiencias en la mano de obra técnica, entre ellos el poco dominio del inglés entre graduados de ingenierías. ¿Hay desconexión entre lo que requiere el sector productivo y la UCR?
Es que esa desconexión no es total. Hay un déficit y no puede ser imputable solo la Universidad de Costa Rica. Necesitamos que existan más costarricenses, y más profesionales, que dominen uno o varios idiomas. Pero esa precariedad en el aprendizaje no se da solo en la Universidad es una cadena de acontecimientos.
También señalan limitaciones en el pensamiento crítico. Eso dificulta dar el salto de una economía que maquila a una que innova. ¿Qué aporta la UCR?
Esto es un problema que se resuelve a diferentes niveles. La contribución a nivel universitario no resuelve todo, si hay vacíos desde antes.
“Tenemos deficiencias, muy serias, a nivel primario y secundario en lo que respecta a formación en química, física, y matemática. La Universidad tiene que incidir sobre la calidad de esa oferta educativa, para recibir estudiantes con interés en estudiar ingeniería, física, etc. Para ofrecer los ingenieros que requiere el país, la UCR tiene que recibir muchachos con inclinación y capacidad para estas disciplinas”.
Hay deficiencias en primaria y secundaria, pero muchos de esos profesores se gradúan de la UCR…
Sí, pero el 60% no. No tengo cifras exactas, pero Leonardo Garnier (ministro de Educación Pública) me dijo que el 60% de los maestros en ciencias vienen de universidades privadas.
¿Cuánto dura en promedio un estudiante en la UCR entre su ingreso y su graduación?
A eso nosotros lo llamamos periodo de permanencia. Hay diferencias, ronda los ocho años. Es más prolongado de lo establecido por el plan de estudios.
¿Por qué?
No hay estudios que nos digan por qué. Hay especulaciones. Tenemos que ser más rigurosos. El 52% de los estudiantes universitarios tiene algún tipo de beca, lo que indica que no se trata de estudiantes que provienen de una élite socioeconómica. Sin embargo, yo no me atrevería a decirle que tenemos un estudiantado pobre. No es un estudiantado ni muy privilegiado ni subprivilegiado.
Si no es cuestión de dinero, entonces ¿por qué duran hasta el doble de lo que indica el plan de estudios?
Eso tiene que ser objeto de mayores estudios. Tenemos que determinarlo mejor. Muchos dicen que se deben a situación socioeconómica, otros porque se casan, otros porque trabajan.
¿Se puede trabajar y estudiar en la Universidad de Costa Rica?
Depende de la carrera, no en todas. Hay carreras en las cuales los horarios no son adecuados para la gente que trabaja.
¿Por qué no se adecuan?
Tenemos que hacerlo. No siempre se han adecuado.
¿Qué es la autonomía universitaria? ¿Es un concepto que se ha extendido a convertir a la Rodrigo Facio en una especie de República de la UCR?
No, y tampoco es la República Bolivariana de San Pedro. Es un derecho constitucional, y la autonomía se refiere a la capacidad de darnos nuestro propio gobierno y administración. No se trata de extraterritorialidad o soberanía.
Existe creencia, y es parte del ideario de los estudiantes, que las autoridades policiales no pueden ingresar al campus.
Es que existe también un principio dictado por tradición. En virtud de la autonomía existente, a lo largo de la historia, ha habido un respeto muy grande al campus universitario. Cuando en una universidad se da un acontecimiento como el que se dio hace dos años con el OIJ, cuando se da ese tipo de ingreso, los universitarios sentimos que algo ha sido profanado. Es un término religioso y lo uso con intención.
¿En su modelo administrativo, se ha quedado la UCR congelada en los años sesenta?
Es muy duro decirlo de esa manera. Han existido intentos de cambios y adaptación. Creo que hay que hacer mayores esfuerzos. Sin embargo, usted ve que la UCR después de la cinco de la tarde es un hormiguero.
¿Por qué algunas carreras cambian y otras se quedan anquilosadas?
Eso tiene que ver con los diferentes liderazgos que hay en la Universidad. La UCR no es monolítica, sino extraordinariamente diversa y plural. Es correcto afirmar que hay ciertas franjas horarias en las cuales la Universidad parece que no está siendo utilizada en su totalidad. Hay en momentos subutilización.
En su programa dice que el estudiante debe ser el centro de la Universidad, pero cuando enumera los campos de acción y sus planes, la vida estudiantil es el último y el primero la docencia. ¿Cuánto influye en un rector el que los profesores sean los que tengan la mayoría de los votos en la elección?
Los estudiantes son el 25% del padrón. Eso puede ser una consideración política, pero un rector se debe a toda la comunidad académica. El estudiante es el centro de gravitación. Creo que en los últimos años, el estudiantado ha desarrollado resentimiento con la institución, no se siente ciudadano de esta institución. No siente que sus opiniones sean de importancia para definir los destinos de la Universidad. Parafraseando a Freud, hay cierto malestar en la Universidad.
¿La política salarial de la UCR se desvía del resto del sector público?
Se que es tema polémico el hecho de que la U hiciera aumento salarial del 5%, y ha provocado en el seno mismo de la Universidad ciertas críticas. Sin embargo, a pesar de lo que se ha dicho, el profesorado no goza de salarios que sean privilegiados.
¿La Universidad de Costa Rica es la Rodrigo Facio?
No debería serlo. Es evidente que es la sede más fuerte, con mayor oferta, y más estudiantes. Pero no debemos tener una visión tan centralista. Las sedes regionales tienen sus propias carreras, y su propia incidencia sobre la región en la cual se encuentran y han sido factor de desarrollo. Es cierto que hay un desequilibrio con razones históricas, pero la UCR debe superarlo.