Si lo diputados no pueden o no quieren reformar el Reglamento Legislativo, tal vez el pueblo sí lo logre. Y si lo logra, hasta impondría por vía reglamentaria la pérdida de dietas para aquellos diputados que insistan en obstruir los proyectos o no logren hacerlos avanzar a tiempo.
Esa es la intención del exdiputado Mario Redondo Poveda (2002-2006), quien presentó ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) una solicitud de autorización para convocar a referéndum por la vía ciudadana.
Redondo presentó un proyecto que pretende desamarrar los trámites y procesos de votación de los proyectos de ley y los asuntos de control político que ven los diputados mediante la reforma de los artículos 80 y 119 del Reglamento Legislativo.
Mientras el cambio en el artículo 119 establece un año como plazo máximo para tramitar los proyectos de ley y los asuntos de control político que requieran de votación, la reforma al artículo 80 sugiere la suspensión del pago de las dietas a los diputados de la comisión u órgano legislativo—incluido el Plenario—hasta tanto no cumplan con la votación, una vez vencido el plazo anual.
Quitar el tapón que obstruye el Parlamento
Según el Programa Estado de la Nación en su informe correspondiente al 2011, los diputados tardaron en promedio 28,2 meses para promulgar las leyes en la legislatura 2011-2012.
Empero, existen casos de proyectos que han vagado por el Parlamento durante 15 años hasta que los legisladores deciden ponerles punto final, al someterlos a votación.
La propuesta de Redondo establece que, en caso de cumplirse el año y el proyecto no llegue a su votación, el plazo podrá extenderse por una sola vez, por un máximo de tres meses, y mediante votación de mayoría calificada de los diputados.
En la exposición de motivos del plan, Redondo establece que será una junta compuesta por los jefes de fracción la que definirá un cronograma con los plazos máximos para la tramitación de cada proyecto de ley que ingrese a la corriente legislativa.
De no haber acuerdo en el cronograma, el plan establece que será el presidente del Congreso el que resolverá los tiempos.
Redondo también propone la posibilidad de que los diputados acumulen aquellas iniciativas de ley que tengan idénticos propósitos, con el fin de reducir la cantidad de proyectos en la agenda.
Mario Redondo asegura en su iniciativa que el castigo pecuniario se hace necesario ante los portillos que tiene el reglamento para que los diputados retrasen el trámite de aquellos proyectos de ley con los que no están de acuerdo. "Es para evitar que nuestra pretensión sea burlada", indica el proponente en el plan de ley.
Por el bien de la democracia
El exdiputado, elegido por el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), y quien presidió el Congreso en la legislatura 2001-2002, presentó el proyecto de reforma al Reglamento a consideración de los magistrados el pasado 14 de noviembre.
Ahora el TSE empezará un largo proceso de análisis del plan, en el que incluirá una consulta al Departamento de Servicios Técnicos de la Asamblea Legislativa, que será, en última instancia, el órgano que declarará la admisibilidad de la iniciativa para someterla a consulta ciudadana.
Después de ese trámite, el proponente podrá iniciar el proceso de recolección de las firmas del 5% de los ciudadanos inscritos en el Padrón electoral, lo cual equivale a más de 177.0000 rúbricas.
Redondo aseguró que al permitirle al Parlamento resolver a tiempo los asuntos, se revertirá poco a poco la mala imagen que tiene ese poder de la República ante la población, lo cual influye, según el político, en el decaimiento que sufre el respaldo popular a la democracia, un 56% en el 2012, según el Programa Estado de la Nación.