A la 6:00 p. m. sea abrieron las puertas del sempiterno cine Magaly en San José. Cuatro filas de personas desbordaban el frente del lugar, había muchas caras liberacionistas reconocidas y algunas personas con camisas blancas y vestimenta verde. Raro no ver opositores, pero al final no llegó ninguno.
Pasaron 40 minutos. José María Figueres estaba ansioso frente a la pantalla del cinema. Atrás se proyectaba una frase retadora con fondo blanco y letras negras se leía: "Bienvenidos y bienvenidas, pregúnteme de lo que quiera".
Figueres invitó a los costarricenses a que le pregunten sobre cualquier tema. (Fotografía: Wilberth Hernández).
Figueres saludaba a propios y extraños con esa costumbre de dar la mano viendo directo a lo ojos de sus invitados y proyectando seguridad con un dejo de simpatía política.
La camisa blanca, el pantalón negro y las mancuernillas de oro. El uniforme con el que apareció la semana pasada en un video donde pidió perdón y se ofreció para contestar cualquier pregunta o duda de los costarricenses.
El concepto es claro, el blanco de la honestidad y la paz predomina en esta campaña que busca lavar la imagen del expresidente de la República.
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Estaba ansioso, se movía de un lado al otro en el escenario antes de empezar el #ContestatonFiguerescr. Cuatro videos cargados de texto y recortes de la prensa que ya muy pocos recuerdan, dieron la bienvenida a la audiencia en el cine.
Empezaron las preguntas. Las primeras dos fueron favores para un político con la oratoria de José María. Al final de las respuestas, la mayor parte del auditorio aplaudía.
La noche pintaba plana. En eso, una mujer saltó de entre los presentes, le dieron el micrófono y Figueres tomó agua, como preámbulo de una pregunta que le iba a secar la garganta. No la esperaba.
Laura Montoya Vargas dijo que lo conocía -a Figueres-, que la disculpara por usar ese espacio, pero que ha no sabía qué más hacer.
Laura Montoya Vargas asegura que es madre de un nieto no reconocido de José María Figueres. (Fotografía: Wilberth Hernández).
Montoya aseguró que es madre de un nieto no reconocido de José María Figueres. Relató que el niño ya está grande (tiene 12 años), que ella no tiene trabajo desde hace un año y que su presunto nieto a duras penas pudo ir a la escuela este año con pantalón y camisa prestada.
"Yo no le estoy pidiendo plata. No quiero su plata. Lo apoyo a pesar de todo porque soy Liberacionista, pero no quiero su dinero, lo único que quiere su nieto es un abrazo de su abuelo", sentenció la mujer.
El auditorio enmudeció. Se respiró una especie de tensión combinada con expectativa. La mujer encaró a Figueres: "Usted sabe que es su nieto, podemos hacer una prueba de ADN".
Para finalizar una especie de pregunta revuelta con sentimiento e historia familiar, le dijo que había enviado cartas y diversos correos, sin recibir respuesta.
Figueres tomaba agua, miraba al suelo, las manos sobre la faja. De pronto, levantó la mirada y por supuesto: tenía la respuesta.
Primero se disculpó con la mujer, le ofreció ayuda para ella y para su hijo. Sumó más disculpas por no contestar sus correos pues aseguró que recibe más de mil cada día. También se excusó por no contestar la carta, pero dijo que nunca la recibió.
"Al final de esta actividad hablamos. Quédese por acá", concluyó el expresidente. Pero cierto, en ningún momento, ante el público, desmintió la historia familiar.
José María Figueres pensativo mientras una mujer le habla de un presunto nieto no reconocido. (Fotografía: Wilberth Hernández).
El aire fue menos tenso, pero ni Figueres ni su equipo de campaña esperaban el dardo familiar.
Al episodio le siguió otra pregunta de trámite. Luego otra mujer pidió el micrófono y le preguntó: ¿Por qué una persona que estudió y trabajó fuera del país y que tiene su vida hecha, regresó a Costa Rica a ponerse en estas cosas y a exponerse a tanto hijueputazo?
La respuesta fue política de principio a fin: "Lo hago porque al igual que muchos de ustedes siento un amor genuino por Costa Rica".
El contestatón siguió sin sobresaltos. Figueres salía ileso de una actividad pública con micrófono abierto donde podía pasar cualquier cosa, pero al final casi todo estuvo dentro del guión.
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Un asistente cualquiera se preguntó: ¿Tanta gente que le tira a este señor en redes sociales y tantas cosas malas que le dicen y nadie vino a preguntarle sobre su pasado?
Y es cierto. En los 500 asientos disponibles nadie se levantó para pedir el micrófono y cuestionar al exmandatario por el caso ICE-Alcatel que, comúnmente, es el motivo por el cual las personas critican al Figueres.
La mecánica se repitió el resto de la noche. Alguien preguntaba, Figueres respondía y los aplausos le cortaban el final de sus palabras.
José María aclaró que él mismo decidió financiar su precampaña presidencial con dinero propio, porque -según él- no quiere tener compromisos con nadie en caso de llegar a la presidencia en el 2018.
Sacó ¢56 millones de su bolsa para pagar la campaña del Contestatón Figuerescr, solo la noche en el Magaly le costó ¢5 millones entre la sala del cine, el personal de seguridad, la productora de televisión que grabó y transmitió la actividad, y las hamburgesas con refresco que le entregaban por la libre a quien las quisiera.
En la tribuna se reconocieron algunas figuras del liberacionismo que apoyan a Figueres en sus aspiraciones presidenciales. Estaban Fernando Berrocal, exministro de Seguridad, Marta Arauz, diputada por el PLN y Annie Saborío, exlegisladora por el mismo partido.
En la tendecia del figuerismo se encuetran también Alejandro Soto, ex presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y Saúl Weisleder, exdiputado verdiblanco y esposo de Rebeca Grinspan, quien fue la segunda vicepresidenta de la República durante el Gobierno de Figueres (1994-19989.
El Contestatón continuó. Figueres se pronunció a favor de la marihuana para uso medicinal, pero prometió "mano firme" en la lucha contra el narco y las "drogas duras".
José María Figueres responde preguntas de los asistentes al "ContestatónFiguerescr" el lunes 14 de noviembre del 2016. (Fotografía: Wilberth Hernández).
Agregó que no quiere mantener extranjeros condenados por narcotráfico en el país porque deberían ser deportados a sus países de origen
A las 7:44 p. m. ya se había tomado dos vasos de agua. Las preguntas transcurrieron simples, sin sobresaltos y sin representar un reto.
Al final, José María Figueres salió ileso del Magaly.
Eso sí, el auditorio quedó debiendo en sus preguntas y, en algunos casos, como dicta la "malicia indígena", se podría pensar que había varios partidarios del señor y por eso los aplausos entre respuesta y respuesta.
Vea la transmisión de EF sobre el ContestatónFiguerescr.