Como una casa que tratan de reconstruir desde hace más de 20 años pero continúa en mal estado y amenaza con desplomarse. Así está el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU).
Al menos desde 1990, diferentes entes han advertido que se deben tapar grietas en sus bases estructurales y hendijas en sus finanzas, pero no se ha concretado nada sólido. Varios intentos de reformas se quedaron en parches.
La institución ha venido enfrentando problemas serios para cubrir el gasto operativo necesario para su funcionamiento.
Los ingresos corrientes que genera no cubren el egreso respectivo, razón por la cual para cada ejercicio económico ha tenido que acudir a la generosidad del Gobierno de turno, a través de transferencias entre ¢1.500 y ¢2.000 millones para poder equilibrar el ingreso corriente con el gasto corriente, adicional a su presupuesto ordinario.
De esta situación se excluye al Sistema de Ahorro y Préstamo, informó la Presidencia Ejecutiva del INVU, que en 2013 reportaba ¢1.124.305 millones, entre cartera, inversiones y contratos sociales.
¿Hace cuánto arrastra fisuras?
Durante 24 años se han presentado en la Asamblea Legislativa 16 proyectos en materia de reformas al INVU. Tres han sido aprobados y tres siguen en pie en la corriente legislativa, pero todos los demás fueron archivados.
Al respecto, la Contraloría registra llamadas de atención desde hace 21 años, en las cuales solicita actuar ante diversas debilidades financieras y organizativas a lo interno de la institución.
De 1993 a 2005, la CGR hizo seis informes con advertencias y recomendaciones urgentes, en los que señala fallos que van de lo financiero a lo organizacional. En el 2006, mediante el informe DFOE-FEC-12-2006, la CGR fue contundente en que el INVU requería una decisión: o se emprendía una reconstrucción a fondo para salvarlo, o se le debía poner candado.
Empero, tras este ultimátum de 2006 donde se analizó la situación del INVU central (administración) y aclaró que carecía de viabilidad financiera y económica, la Contraloría ha emitido seis informes más en relación con el estado del INVU, tres en el 2013.
En relación con las reformas o medidas que el INVU registra a nivel interno como intentos de reestructuración para enfrentar los diversos problemas, se optó poner como parche la movilidad laboral entre 1990 y 1999, cuando se redujo el número de colaboradores en 414 plazas.
Asimismo, entre 1999 y 2000 se aplicó una nueva estructura organizativa aprobada por el Ministerio de Planificación Nacional, pero al no contar con recursos económicos, no llegó a la etapa de aprobación por los entes competentes del manual institucional de clases respectivo, informó Álvaro González, actual presidente ejecutivo del INVU.
Huecos se agrandan
Actualmente, la institución carece de un proceso de planificación técnica y financiera que guíe a largo plazo el quehacer de la institución en materia de provisión de vivienda y ordenamiento territorial, explicó González.
También padece de un proceso provisión de vivienda desintegrado que carece de actividades destinadas a la identificación de las necesidades de los diferentes sectores, el diseño, comunicación y promoción de mecanismos de financiamiento acordes con dichas necesidades.
Además, el ordenamiento territorial está centrado en labores operativas, donde la emisión de criterios técnicos y operativos, así como la elaboración de planes nacionales y regionales de Ordenamiento Territorial son lentos y limitados debido a la escasez de recurso humano y financiero.
A esto se suma una organización desintegrada, con duplicación de funciones, con un alto porcentaje del personal de índole técnico-operativa y dedicado al desarrollo de labores de apoyo, en donde del 30% del personal profesional con que cuenta el INVU, el 25% corresponden a profesionales con carreras relacionadas con el quehacer.
“Nunca se ha hecho una revisión integral de la institución, de sus estrategias , directrices y gestión”, comentó el ministro de Vivienda y Asentamientos Humanos, Guido Monge.
¿Cómo taparán las grietas?
Aunque las autoridades aceptan que los problemas persisten en el INVU, consideran que es viable levantarlo y consolidarlo.
Monge comentó que ha dado recomendaciones para apoyar la mantención del INVU. “Es fundamental una revisión de su ley orgánica”, externó.
La reestructuración por la que atraviesa el INVU es integral y se enfoca en desarrollo de proyectos para clase media, con la utilización de la figura de fideicomiso, expresó González.
Para dicha reestructuración el Gobierno asignó ¢ 3.800 millones.
“Ya se está implementando la reorganización, trabajando en el calce de perfiles y selección de colaboradores”, agregó González.
También se pretende usar la contratación directa en Ahorro y Préstamo para ahorrar unos ¢1.350 millones al año. Igualmente se pretende un ahorro anual de ¢1.000 millones por concepto de movilidad laboral voluntaria y eliminación de plazas.
Inclusive, las autoridades han analizado la posibilidad de una fusión del INVU y el Mivah, empero, todavía le dan tiempo al actual intento de reestructuración. Como desde hace más de 20 años.
Informes de la CGR
Trece informes de la Contraloría, desde 1993, han alertado sobre la situación del INVU. Entre estos:
lINFORME . 29-93: Falta de recursos financieros paralizó actividades del INVU y provocó gran cantidad de recursos humanos ociosos.
INFORME FOE-FEC-15/2001: Se hizo ver la difícil situación de liquidez del Instituto entre 1997-2000.
INFORME DFOE-FEC-37/2004: La CGR consideró alto costo por concepto de pago de Comisiones de los Agentes de Ventas de los contratos del Sistema de Ahorro y Préstamo.
INFORME DFOE-SO-21-2005: Detectan irregularidades relacionadas con la administración de los recursos provenientes del Banhvi.
Fuente Contraloría General.