Se estima entre un 5 y un 7% la cantidad de productos falsificados que circulan libremente en el comercio internacional. Costa Rica no es excepción. La piratería pulula impune en comercios, calles y aceras, incluso frente al Registro Nacional en Zapote.
Contrario al pensamiento generalizado, no sólo se trata de empresas perdiendo ventas, sino también de impuestos que no se recaudarán, de delincuencia organizada aparejada y el innecesario riesgo en que se postra al consumidor, quien inducido a error puede adquirir productos contaminados, con ingredientes tóxicos o de mal funcionamiento, y pagar por ellos como originales, cuando no lo son.
Entre otros, puede recurrir a las siguientes prácticas tendientes a combatir la piratería:
A) Registre : Marcas que no estén debidamente registradas en el país no pueden invocar tutela judicial y/o administrativa (aduanera), o bien experimentar dificultades para invocarla.
B) Promocione educando : El consumidor necesita su orientación. Explíquele sobre las características técnicas o de seguridad presentes en su etiquetado y empaque, el rendimiento y desempeño que debe esperar de sus productos. Adviértale sobre sitios web inseguros o que no permiten rastrear o contactar los pedidos.
C) Supervise : Controle la recepción de la materia prima del producto y sus componentes para asegurar que se cumplan con las especificaciones. Fiscalice los productos que se encuentren en las estanterías para corroborar los envases, empaques y su calidad. Revise los envíos de todas las fuentes para verificar la autenticidad de los envases, en el caso de marcas, paleta, configuraciones, etc. Emplee tecnologías de seguimiento y de localización tales como códigos de barras y GPS, así como tecnologías para identificar sus productos, como códigos de barras, las etiquetas RFID, hologramas, marcas de agua, y tecnologías para identificar mercancía falsificada.
D) Cree sus propias políticas : Debe crear sus propias políticas de manejo de marca, que entre otras cosas exija a sus vendedores el cumplimiento de las normas que le piden sus proveedores o clientes, calificándolos de manera constante. Reducir su base de abastecimiento le puede ayudar a mejorar su capacidad de auditoría. Imponga procedimientos de autentificación a sus socios de distribución, tendientes a asegurar la legitimidad de los productos, exigiendo que estos no sean adulterados y que ni cajas, ni estuches, ni cargadores ni embalaje sea fraudulento. Sea cuidadoso con el transporte marítimo de las materias primas y componentes. Sus políticas evidentemente abarcan el personal de su propia empresa. Todos los empleados deben ser conscientes de la importancia del respeto de los derechos de propiedad intelectual, siendo las gerencias y departamentos de ventas o mercadeo, los llamados a colaborar en esta concientización.
E) Disponga bien de los sobrantes : La incorrecta disposición de los sobrantes ubicados en bodegas o depósitos constituye un grave riesgo o tentación para que terceros inescrupulosos las pongan en circulación en el mercado. Cerciórese de que residuos, mercancía dañada e inutilizable sea efectivamente eliminada.
F) Comuníquese y denuncie : Se debe destacar que las políticas de persecución penal han variado favorablemente en pos de los titulares de derechos de propiedad intelectual. Asimismo, las autoridades aduaneras tienen ahora una mayor receptividad y preparación para enfrentar la piratería, mereciendo particular mención las incautaciones de material fraudulento en la Aduana de Limón. Si como titular o representante de una marca en el país, acredita esta condición ante Aduanas mediante documentación idónea (Ej. poder o certificado de registro), ellos lo contactarán en el evento de que detengan mercadería sospechosa. No vacile en denunciar. Recuerde que una vez detenida la mercadería, dispone de diez días hábiles para interponer la denuncia correspondiente, de lo contrario, será restituida y despachada al importador. Mantenga una buena relación y comunicación con ellos. Son sin lugar a dudas su mejor aliado en esta lucha.