Una cosa es el Partido Acción Ciudadana (PAC) que obtuvo más de 1.300.000 de votos en la figura de Luis Guillermo Solís y otro el que logró 13 curules (hoy 12 con la expulsión a Víctor Morales) en la próxima Asamblea Legislativa.
El primero fue un mandato contundente del electorado costarricense para darle la silla de Zapote a esta agrupación política que llega al poder por primera vez, desde que se fundó en el 2000. El segundo fue una elección en donde los votantes no le dieron la mayoría a ninguna agrupación política y aunque Liberación Nacional tiene 18 escaños, el plenario quedó partido en 9 tendencias obligadas a lograr acuerdos.
Este escenario hace que dos exdiputados (uno de ellos volverá a Cuesta de Moras el próximo 1 de mayo) consultados por EF , coinciden en que Solís debería de actuar de forma separada del Legislativo y concentrarse en el mandato que le dio el pueblo en el Gobierno.
"El PAC debe concentrarse en la idea de que ganó la Presidencia de la República, no las elecciones completas. Si se distrae le van a salir mal las dos cosas, no debe condicionarlas. El pueblo votó por un picadillo en el Congreso y la interpretación es que no le dio el poder a ninguno", dice el excongresista por el Movimiento Libertario, Federico Malavassi.
A su criterio, el PAC no debe confundirse con la idea de que el pueblo quería sacar a Liberación del Ejecutivo con su papel en el Congreso porque ahí le dio el mayor número de votos.
Con él coincide el expresidente de la Asamblea Legislativa por el PUSC y actual diputado electo por el partido cartaginés Alianza Democrática Cristiana, Mario Redondo.
"Siento que una cosa es la fracción del PAC y otra el Presidente de la República. No estoy seguro que lo confundan", dice.
La posición de los excongresistas surge a partir de la serie de reuniones que ha mantenido Solís con varias de las fracciones legislativas entrantes.
En esas citas, Solís ha manifestado su disposición al diálogo, ha propuesto proyectos legislativos y ha escuchado las propuestas de temas de las contrapartes.
El politólogo Francisco Barahona tiene una posición distinta y a su criterio, Solís está dando constancia de que le interesa la negociación en la Asamblea y está diciendo que cuenten con la buena voluntad.
No obstante, Malavassi insiste en que Luis Guillermo Solís debe concentrarse en su gestión.
"Tiene mucho que recibir de la administración actual y solo tuvo un mes para hacerlo como para estar ocupado en reuniones con las fracciones. Son dos PAC diferentes. Uno el que esté en el Ejecutivo y otro en el Congreso".
La negociación en el Congreso
Tras un conversatorio con cinco diputados entrantes que hizo EF donde quedó sobre la mesa el Congreso de alta tensión que tendrá el país en el próximo cuatrienio, Malavassi asegura que el ejercicio fue un ultrasonido que demuestra la situación tilinte y marcada entre las tendencias.
"Cada quien va por lo suyo, los repitientes van por lo suyo, porque tienen cierta garra. Tienen una experiencia muy grande no van a ir a jugar de casita ni nada parecido", dice Malavassi.
Por su parte, Barahona considera que el PLN tiene que tener claro que el momento político electoral en que ellos quedaron electos en elecciones anteriores ya no está presente.
"El mandato de la votación es muy claro y le da una legitimidad muy grande al Presidente y es claro que el PLN está en crisis interna. Si el PLN no es humilde y no reconoce que es un partido con cierto número de votos, el pueblo se lo va a cobrar y le va a costar salir de la crisis interna", dice Barahona quien añade que al ver ese pulso en el Congreso, siendo Solís estaría muy preocupado.
Para Redondo, en medio de este panorama, el papel del Ejecutivo va a ser determinante para facilitar las cosas o complicarlas y en cuanto a la fracción cree que todavía está por verse cuánto puede dar y cuáles son los atestados que tiene.
Malavassi cree que en cuanto a las negociaciones, si el PAC no tiene la habilidad para negociar se encontrará en un dilema de si le da algo a un grupo y se gana la enemistad de otro grupo.
Para Barahona, la figura del ministro de la Presidencia, Melvin Jiménez podría jugar a favor para conseguir los acuerdos requeridos para que el Congreso avance.