Durante el 2013 la economía costarricense llegó a un punto de inflexión en el que las políticas gubernamentales ya no son suficientes para alcanzar la recuperación económica.
Esto debido al deterioro combinado que experientó el país en áreas como la solvencia económica del Estado, los malos resultados en el mercado laboral y la desaceleración de la economía y la pérdida de competitividad durante ese periodo.
Esa es la conclusión a la que llegó el vigésimo informe del Estado de la Nación, presentado este martes, en su capitulo "Oportunidades, estabilidad y solvencia económicas".
Dichos resultados, establece el estudio, impiden creer en que la recuperación animada por una política fiscal expansiva permitirá un desarrollo económico incluyente.
Malos índices
El estudio indica que el 2013 no fue un año cualquiera en el proceso de lenta recuperación que vive el país desde la crisis económica mundial del 2009, dada la evolución negativa que se dió en los índices citados, la cual se extendió hasta los primeros meses del 2014.
A la caída en las exportaciones de bienes se sumó el incrementó del endeudamiento del Estado, la pérdida de la competitividad y de bienestar social, debido a los altos costos internos que sufren los habitantes del país.
Durante el 2013 el Producto Interno Bruto (PIB) real de Costa Rica creció a un ritmo del 3,5% cuando el promedio de los cuatro años anteriores había sido de un 4,9%.
Al mismo tiempo, la deuda pública llegó al 36% de la producción, un crecimiento de un 11% en cinco años.
Si bien el vigésimo informe establece como uno de los principales logros económicos del 2013 la baja inflación de un 3,7%, relativiza sus efectos positivos pues durante ese año Costa Rica fue un 20% más caro para vivir y producir que el promedio de países de América Latina.
El costo de producción más alto según los empresarios fue la electricidad,según un 30% de los encuestados, mientras que el segundo fue el precio de los combustibles, según el 24%.
Mercado laboral en deuda
Otro de los aspectos que ensombreció el panorama económico en el 2013 fue el hecho de que la población ocupada solo creció un 0,5%, cifra insuficiente dados los requerimientos del país.
Asimismo, el mercado laboral castigó a los ocupados poco calificados, mientras premió a la mano de obra calificada, ligada con la nueva economía relacionada con el modelo de desarrollo exportador.
Mientras el salario promedio en la nueva economía es de ¢390.000 mensuales, en la vieja economía, donde abunda la mano de obra poco calificada, es de ¢290.000 mensuales, detalló el informe.
El Estado de la Nación señala, no obstante, que ese estilo de desarrollo mostró sus puntos flacos durante el 2013, cuando el dinamismo del sector externo no se trasladó al resto del tejido productivo costarricense, herido por un 20,7% de pobreza y por un 8,5% de desempleo abierto en aquel momento.
Las causas de escaso beneficio, cita el informe, es la ausencia de adecuados encadenamientos sociales, fiscales y productivos entre la economía y el sector externo.
"En el 2013 hubo miniciclos de expansión económica de menos de un año, lo cual causa inestabilidad que afecta las expectativas de inversión y empleo", señaló el director a.i. del Estado de la Nación, Jorge Vargas Cullel.
Al darle una mirada al futuro de las finanzas públicas, el informe arroja un dato preocupante: si el país no concreta una reforma fiscal en el futuro cercano, el endeudamiento público llegaría a un 58% en el 2019.