Poco probable luce la posibilidad de lograr un nuevo pacto social, a pesar de ser una de las vías sugeridas para buscar nuevos entendimientos, a cinco años de el primer referendum del país aprobara el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (Cafta).
La dificultad de lograr acuerdos y avances en este lapso originó que EF consultara a sectores sobre las vías para alcanzar acuerdos. Ya se mencionó el caso de una Constituyente y de modernizar los partidos políticos, pero también se citó la opción de buscar un nuevo pacto social.
La idea no parece tan sencilla como se dice, cuando se trata de imaginar cómo poner en práctica esa propuesta, que implicaría sentar a la mesa de diálogo a todos los sectores de la sociedad a discutir grandes temas donde priman las diferencias.
Esas intenciones de darle un nuevo rumbo al país a través del diálogo no son nuevas. Durante el gobierno del expresidente Abel Pacheco (2002-2006) se buscó asesoría española para darle vida a un pacto social costarricense, sin que se pasara de las buenas intenciones.
Una secuela de esa intentona fue la presentación del proyecto de ley que crearía el Consejo Económico Social de Costa Rica, propuesta nacida en el Consejo Nacional de Rectores que quedó en el olvido.
Adicionalmente, en 1994 el presidente José María Figueres procuró un pacto, y en 1998 su sucesor Miguel Ángel Rodríguez llamó a una Concertación Nacional. Ambos casos convocaron sectores para buscar acuerdos, con resultados magros.
Los obstáculos para un nuevo pacto
Aunque comparte que se debe revisar hacia dónde va el desarrollo social costarricense, dadas las señales de alerta que recibe el país, el politólogo Francisco Barahona cree difícil operativizar la búsqueda de un pacto social acorde con los tiempos.
Para el académico sería indispensable que se haga presente la buena voluntad para iniciar un proceso de pacto social que conlleve al entendimiento, elemento que no ve presente. "Un pacto social son dos palabras muy bonitas. Y en el fondo tienen razón quienes lo proponen como la ruta del entendimiento. Pero si uno lo analiza no hay un ambiente favorable para que todos los sectores del país se pongan de acuerdo. La propuesta aún es muy abstracta", sostuvo.
Según Barahona, existen pocas posibilidades de que nazcan propuestas de cambio político y citó como ejemplo la comisión de expertos nombrada por la presidenta Laura Chinchilla para analizar el aparato estatal, integrada por personas con formas de pensar similares.
Replanteando el modelo país
Albino Vargas, secretario general de la ANEP, cree que lo importante es que una de las partes asuma la convocatoria y empiece a promulgar la idea, ante la falta de equidad entre los sectores populares y aquellas fuerzas económicas que estuvieron con el "Sí" al Cafta, que han acumulado más poder desde el referéndum, hace cinco años, según el sindicalista y secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados.
"Como sociedad seguimos más fragmentados y polarizados desde el punto de vista de concentración del ingreso, siguen creciendo las deudas sociales y los déficits políticos que, en determinado momento, pueden conspirar contra la misma paz social del país. De ahí que consideremos como urgente la negociación de un nuevo pacto social, ante la innegable realidad de que el modelo de desarrollo está naufragando", estimó Vargas.
El dirigente gremial cree que otros signos de que se requiere un acuerdo país integral son la penetración del narcotráfico, la corrupción y la violencia generada por la exclusión social y económica, que deterioran la convivencia, además de la posibilidad de que se dé otra crisis económica mundial, de la mano de Europa, lo cual profundizaría esos síntomas de descomposición social.