¿Quiere ser candidato a la presidencia de la República? Los 16 partidos inscritos para el próximo proceso electoral le ofrecen un menú amplio de opciones si desea postularse.
Para ser precandidato, algunos le pedirán una amplia trayectoria partidaria de hasta cuatro años, firmas de apoyo, programas de gobierno y experiencia en “luchas patrióticas”. Otros, sin embargo, quizás no le soliciten más que el nombre.
Los partidos minoritarios con posibilidad de postular a un candidato suelen pedir pocos o ningún requisito a los que desean ver sus nombres en una papeleta para llegar a la jefatura del Poder Ejecutivo.
A diferencia de las agrupaciones más grandes, los partidos más pequeños piden menos condiciones y están abiertos a integrar en sus papeletas a personas sin ningún vínculo previo en las estructuras partidarias.
Así se desprende de una consulta de EF a los representantes de las agrupaciones políticas y una revisión a los estatutos de los 16 partidos inscritos ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) a escala nacional, y con posibilidad de presentar candidaturas presidenciales para el 2018.
El repaso halla amplias diferencias entre los perfiles de inscripción de las candidaturas de los partidos más grandes y los más pequeños: abiertos usualmente a considerar la participación de cualquier costarricense en sus intenciones.
A su albeldrío
Según la Constitución Política, solo existen tres requisitos para ejercer la presidencia de la República: ser costarricense por nacimiento y ciudadano en ejercicio, ser de estado seglar y mayor de 30 años.
El Código Electoral y la jurisprudencia de la Sala Constitucional tampoco requieren de más elementos, salvo que la candidatura provenga de un partido a escala nacional (que implica contar con estructuras en tres niveles: cantonales, provinciales y nacionales en todo el país).
Con solo esos requisitos, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) permite a los partidos políticos tener su propios mecanismos de elección interna, plantear el perfil de la candidatura que consideren conveniente y elegirlo en sus asambleas nacionales.
Lo destaca así Héctor Fernández, presidente del Registro Electoral del TSE.
“Es parte de la libertad que tienen los partidos sobre su autorregulación interna. Siempre que no comprometan el derecho a la participación, si un partido político decide establecer en sus requisitos que (el candidato) no necesariamente tenga una militancia activa, eso es decisión interna”.
De compromisos y postores
Esa “decisiones internas” pueden ser perfectamente disímiles entre los partidos inscritos.
Por ejemplo, el Partido Acción Ciudadana (PAC) pide en sus estatutos internos una militancia mínima en el partido de cuatro años, además de otra serie de requisitos que demuestren la probidad de las personas que quieran la presidencia.
Considerando únicamente el tiempo de militancia, el PAC es el partido más riguroso en sus requisitos. Aún así, hasta el propio PAC ha variado sus exigencias en el pasado. En el 2013 esa agrupación levantó el requisito al excandidato Solís Rivera por no cumplir con los años de integración requeridos. Variar los requisitos, en ese caso, terminó abriendo la puerta para que Solís alcanzara la presidencia de la República.
Los tradicionales Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC) se acercan en sus condiciones: ambos piden una participación mínima previa de dos años.
Sin embargo, entre los partidos minoritarios el paisaje cambia: Alianza Patriótica, Avance Nacional, Integración Nacional, Nueva Generación, Renovación Costarricense, el Partido Republicano Socialcristiano o Unión Nacional no mostraron requisitos explícitos a los candidatos a la presidencia en sus estatutos presentados ante el TSE.
De hecho, el Partido Restauración Nacional es una de las pocas agrupaciones minoritarias que exige la militancia mínima de tres años a sus candidatos.
Otros muestran perfiles semiabiertos, como el Frente Amplio (FA), el Movimiento Libertario o Accesibilidad sin Exclusión (PASE).
Por ejemplo, aunque el FA solicita la militancia mínima de un año, también permite considerar a personas con “amplios méritos éticos e intelectuales”, lo que abrió en el pasado la puerta a figuras como Eugenio Trejos, exrector del Instituto Tecnológico. Por su parte, el Movimiento Libertario exige, en su lugar, aportar 500 firmas que demuestren el apoyo de los libertarios ya inscritos.