Los frutos de almendro maduro recolectados en el suelo abren una oportunidad de ingreso sostenible para las comunidades aledañas al bosque del Refugio de Vida Silvestre Mixto Maquenque.
Lo anterior se desprende de un estudio del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) y del Centro Cinetífico Tropical (CCT), el cual busca ayudar a los habitantes de la zona fronteriza con Nicaragua, donde hay gran necesidad de ingresos y de empleo.
El análisis dio a conocer que la nuez del almendro sería un potencial negocio que podría favorecer a unos 1.500 productores que no pueden explotar sus terrenos dentro del refugio con ninguna actividad agrícola.
Adriana Escobedo, coordinadora de la unidad de desarrollo de agronegocios del Catie, explicó que se realizó un análisis nutricional, uno ambiental y otro de mercado, lo que dio a conocer que el fruto tiene un buen nicho comercial y significa una buena opción productiva para los finqueros de la zona.
Propiedades que se pueden explotar
El análisis dio a conocer que no existe competencia ambiental, es decir, que no existe afectación a las lapas verdes ni a otros animales, ya que estos comen el fruto en el árbol.
También se detectó que el almendro es altamente nutritivo y contiene 50% menos calorías que otras semillas como el maní o la almendra común, es rico en carbohidratos, vitaminas y minerales.
"Ya se han realizado degustaciones del producto que posee un sabor similar a la semilla de marañón; además, se ha conversado con habitantes de la zona interesados en la producción del almendro seco en ecoturismo y también se ha ofrecido a cadenas de supermecados e industrias importadoras de nueces y han mostrado un importante interés por el producto", comentó Escobedo.
La idea provino del CCT al observar la implementación de un proceso parecido en Bolivia, y según el estudio, es un nuevo negocio que no se ha implementado aún en Costa Rica.
Ya las poblaciones de Boca Tapada de San Carlos y Puerto Viejo de Sarapiquí están trabajando en la idea, para ejecutarla con la ayuda de organizaciones sociales de los pueblos cercanos para comenzar a crear mayores enlaces y vincular a los interesados.
"La idea es que primero se logre proveer de las herramientas para que se procese el fruto y se comercialice en seco y después comience a crecer dándole seguimiento en cada comunidad, para la creación de cooperativas y asociaciones que los administren de manera adecuada", dijo Escobedo.
El objetivo de aprovechar de manera sostenible el almendro es incentivar negocios locales y otros tipo de ingresos para una población que suele migrar a otras zonas en busca de trabajo. Se estima que cada productor podría vender hasta en ¢ 600 el kilo de la nuez.
"Se busca explotar un prometedor nicho comercial que mantenga a los productores generando y a la vez se interesen en sembrar más árboles de almendro que alimenten a las lapas verdes", comentó Escobedo.