Costa Rica es el país donde más creció la cooperación oficial para el desarrollo con respecto al resto de Centromérica en la primera década del 2000, pese a que es la nación que recibe menor cantidad de dinero de la región por este rubro.
En el año 2000 Costa Rica recibió el 1,6% del total de cooperación dada a países centroamericanos, es decir $ 17,4 millones, la cantidad más baja según datos del estudio “Sostenibilidad de Organizaciones de Sociedad Civil; antiguos retos esperan por cambios impostergables” elaborado por Culturas y Desarrollo en Centroamérica (Cudeca). Para el 2009 (último dato comparable en la región), ese apoyo creció a $98,7 millones, un 6,6% del total.
Y aunque es el país que menos cantidad de dinero percibió del 2000 al 2009, fue el único que aumentó en cinco puntos porcentuales los ingresos por este tipo de ayuda, el crecimiento más significativo del istmo, tras un aumento de 467% en la cantidad recibida.
Mientras que Honduras, uno de los que más cooperación internacional percibe, bajó 8,7 puntos porcentuales en ese mismo periodo.
La Cooperación oficial al desarrollo son recursos que provienen de los países miembros del Directorio de Cooperación al Desarrollo (DAC, por sus siglas en inglés) los cuales se han comprometido a destinar el 0,7% de su producto interno bruto (PIB) para la cooperación internacional.
Según Cudeca, la tendencia señala que Honduras y Nicaragua son los dos países que captan la mayor parte de cooperación no gubernamental, aunque todavía es fuerte en Guatemala.
En la década de los años 2000, la cooperación oficial desembolsó recursos por un total de $13.600 millones a Centroamérica, siendo la modalidad de cooperación oficial más importante. Tres quintas partes de estos fondos (un 63%) se asignó a Honduras (el 25%) y Nicaragua (el 38%).
El estudio señala que hace unos años se ha dado un retiro parcial o total de la región de agencias europeas, algunas permanecen en modalidades de gestoras, junto con sus contrapartes de proyectos de la Unión Europea (EU).
Se revela que la captación de recursos se mantiene en Centroamérica pero de manera distinta, ya que algunas agencias participan en licitaciones para la administración de proyectos regionales, de este modo completan sus presupuestos los cuales ya no están seguros en un 100% como lo era antes. Desde el campo de las ONG, se ha leído este comportamiento como una competencia de parte de las agencias.