El actual sistema fiscal gira en torno a la información. Si bien los mecanismos de obtención e intercambio de información tributaria han estado presentes en los países desarrollados desde hace muchos años, las medidas adoptadas con posterioridad a la crisis financiera global convirtieron este tema en un fenómeno mundial. Hoy, los diferentes gobiernos buscan aprobar normativa local y suscribir convenios internacionales que les otorguen potestades de información casi ilimitadas. Costa Rica no es ajena a esta situación.
Hace unos pocos días, la Sala Primera resolvió un proceso iniciado por la Cámara de Industrias, en el cual expresamente se establece que “es claro que sí existe legislación en el ordenamiento jurídico patrio, que autoriza a la Administración Tributaria a crear un ‘registro central de accionistas’, dada la relevancia tributaria de esa información. Con ello, sí hay un motivo legítimo, pues la ley tributaria y comercial, le otorga trascendencia tributaria a esa información”.
Son muchos los instrumentos y mecanismos en que este intercambio se lleva a cabo a nivel local e internacional. Cabe recordar que nuestro país es suscriptor del Convenio Multilateral de Asistencia Mutua en Materia Fiscal, con el cual tiene acceso a información en más de 100 jurisdicciones. Asimismo, también se forma parte del llamado Common Reporting Standard (CRS), con el que se espera un intercambio automático de información de parte de entidades financieras.
La iniciativa BEPS, propuesta por la OCDE a instancias del G-20, es la base sobre la cual se están diseñando las actuales modificaciones tributarias que la gran mayoría de países están discutiendo, incluida Costa Rica. Las iniciativas fiscales ahora son globales, y los países tienden a responder a las tendencias y presiones internacionales. Vendrán más iniciativas para obtener información, y esperamos que siempre se mantenga el respeto a los derechos del contribuyente.