El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) confirmó que a mediados de este mes se publicarán tanto el Plan Nacional de Energía como la regulación para la generación distribuida; ambos, pilares para darle claridad a los nuevos actores interesados en integrarse a la modalidad de autoconsumo.
En este sistema, los consumidores pueden generar su propia energía solar sin desconectarse de la grilla eléctrica. Así, suben los excedentes a la red de distribución nacional y obtienen un ahorro en sus facturas eléctricas.
Hasta tanto no estén publicados el reglamento del Minae y las tarifas de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), no hay forma de que los interesados ingresen al sistema. Y esto paraliza al sector.
“Tuvimos que parar toda la máquina de ventas”, relató el gerente de Proyectos de la compañía Enertiva, Harold Steinvorth.
El caos inició en febrero, al vencerse el plazo del Plan Piloto de Generación de Electricidad Distribuida para Autoconsumo del ICE, que le permitió a 366 clientes probar esta modalidad.
Aunque los participantes mantendrán sus condiciones durante los próximos 15 años, a partir de febrero ningún otro generador de energía solar pudo conectarse al sistema de distribución.
En estos siete meses han ido y venido interpretaciones de leyes, propuestas de reglamentos, planes y hasta una consulta a la Procuraduría General de la República (PGR), que le marcó la cancha a la Autoridad Reguladora de los Servicios Público (Aresep).
En respuesta a una consulta del Minae, la Procuraduría le sacó las manos del modelo de autoconsumo al ente regulador.
Ahora, solo se encargará de definir dos tarifas: la de interconexión y la de acceso a la red. Un costo que antes no existía.
La tarifa es, precisamente, uno de los puntos que genera más ansiedad entre los empresarios, pues del costo de esa tarifa dependerá el incentivo que tendrán las personas para aventurarse a hacer su inversión en paneles.
El regulador tomará en cuenta este incentivo siempre que el Plan Nacional de Energía lo establezca dentro de sus políticas, explicó Dennis Meléndez, regulador de electricidad de la Aresep.
El problema que tendría una tarifa que priorice el incentivo para los pequeños productores es que, a su vez, podría desmotivar a compañías como la de Fuerza y Luz (CNFL) y otras Cooperativas a unirse a la propuesta del Minae, argumentó el regulador.
“Nadie las puede obligar a participar”, comentó Meléndez.
Otro de los aspectos que desata preocupación entre los empresarios es la negociación que haga el Minae con cada uno de los grandes distribuidores de electricidad, dijo Carolina Sánchez, directora de la Asociación Costarricense de Energía Solar.
En este momento, el valor del kW producido por el consumidor es igual al que descarga de la red; pero esa condición podría variar según los intereses de las compañías productoras.
También han reclamado de la propuesta del Minae que la tarifa incluya tanto el uso de la grilla por parte de los pequeños generadores como la electricidad que nunca llega a subir a la red, sobre la cual se cobrarían impuestos.
“No hay necesidad de que me pongan dos medidores para contabilizar lo que yo produzco y me como inmediatamente”, comentó Sánchez.
No es una preocupación única de Costa Rica. Es el mismo pulso que se juega hasta en los países más avanzados en la temática, comentó el líder de cambio climático del Banco Interamericano de Desarrollo, Claudio Alatorre. Para él, ese equilibrio entre los productores que mantienen la salud de las redes y el autoconsumo es un nivel al que ningún país ha llegado todavía.