Los hogares más pobres agudizan su problema con los años, en vez de mejorarlo. Del 2010 al 2015, el 20% de la población menos afortunada vio decrecer sus ingresos en un 17%.
Mientras estas familias recibían, en promedio, ¢234.819 (en colones constantes) en el 2010, en el 2015 reciben ¢194.541.
El 4° quintil fue el único que logró ver un aumento total en el dinero que perciben, pasando de un ingreso promedio de ¢1.091.577 a ¢1.108.594: un aumento porcentual del 2%. Mientras tanto, el 2° quintil sufrió un descenso del 1% en sus ingresos, y el 5° y el 3° quintil se estancaron.
Así lo comprobó EF en un análisis de los datos que contienen las bases de datos de las últimas cinco ediciones de Encuesta Nacional de Hogares (Enaho). Todas las cifras fueron deflatadas al 2015.
Es un comportamiento que se mantiene en el tiempo: desde el 2010 y hasta el 2015, los hogares más pobres han dejado de percibir ingresos cada año. El mayor descenso lo presenciaron entre el 2012 y el 2013, cuando los ingresos pasaron de ¢223.100 a ¢211.005.
Los hogares más ricos también han sufrido un descenso en sus ingresos, especialmente a partir del 2013, cuando el 20% de la población más adinerada vio sus entradas de dinero caer en un 7,5%. Entre el 2014 y el 2015 desaceleraron esa caída, pero siguieron descendiendo en un 1%.
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El cambio que han sufrido los ingresos tiene un efecto en la desigualdad, que aumentó prácticamente en todas las regiones según el índice de Gini. En este indicador, mientras más cercano se esté al 1, más desigual se es.
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