Lo atacan por presuntamente desconocer el reglamento legislativo y por reinterpretar de forma atípica las normas de aprobación de los presupuestos nacionales.
Sin embargo, muy sereno, y hasta serio, el presidente de la Asamblea Legislativa, Henry Mora, se comporta como si la curva de aprendizaje en ese oficio ya la hubiera superado.
El economista contaba ya con siete meses en el cargo cuando recorrió con EF, en noviembre del 2014 y desde su oficina en el Castillo Azul, algunos momentos y peculiaridades de su gestión.
Lanza cifras de proyectos de ley para defender su trabajo, y confiesa que no ha sufrido mucho la presencia de un diputado tan inquieto y polémico como Ottón Solís, a quien su propia fracción, la del Partido Acción Ciudadana, junto con sus aliados, le ganaron el pulso de los recortes presupuestarios.
Sin embargo, acepta que el distanciamiento que tiene con Solís, presidente de la Comisión de Asuntos Hacendarios, pudo cobrarle el drama y la larga discusión al rededor de un presupuesto que es 19% mayor que el propuesto por la presidenta Laura Chinchilla un año antes.
Ni Ottón Solís, ni el el déficit fiscal, ni las calificadoras de riesgo parecen quitarle el sueño a Henry Mora.
¿Cómo es lidiar con un diputado como Ottón Solís, quien se comporta, ante ustedes, como un diputado de oposición?
No he tenido problemas, en realidad, porque nos hablamos lo mínimo y no hemos tenido nunca un enfrentamiento en la fracción.
“En los nombramientos y el presupuesto él actúa en solitario. Él no intentó hacer ningún acercamiento, sino hasta el último momento, de llegar a un acuerdo con el Ejecutivo.
“Así ha sido él conmigo. Él no ha buscado espacios de diálogo para resolver. Ha habido algunas cartas pidiendo información. Entonces no he tenido esa situación difícil.”
Cuando usted plantea estrategia política, cuando definen cómo impulsar el presupuesto, ¿qué papel tiene Ottón?, ¿participa con ustedes en reuniones de fracción?
Bueno, yo entiendo que sí tiene reuniones esporádicas, pero, obviamente, en este caso del presupuesto quedó claro que éramos once apoyando la tesis del Gobierno, y él y (la diputada) Epsy Campbell por aparte.
¿Fue esta larga discusión sobre el presupuesto y los recortes innecesaria? ¿Se pudo evitar tanto conflicto?
Sí, yo creo que sí faltó tiempo para que la Comisión de Hacendarios hubiera dicho con transparencia que para reducir el déficit el presupuesto debió reducirse en equis cantidad. Luego que ellos digan dónde o en qué partidas se hace el recorte. Eso hubiera sido más fácil para un acuerdo, pero don Ottón Solís partía de ¢300.000 millones en recortes, y no los ¢90.00 millones que aceptó al final...
“Creo que mejor se hubiera hecho de manera franca y transparente para llegar a un acuerdo, y no permitir que en la Comisión de Hacendarios se perciba, especule, qué es superfluo y qué no, sin saber lo que está en esa partida específica que se critica.”
¿Quién es el culpable de que nada funcionara así?
No hubo disposición de la Comisión de Hacendarios para que esa opción se manejara.
¿Ottón Solís?
Sí, pero no solamente de Ottón. Ciertamente él es el presidente de esa comisión, pero no sé si esa opción se expresó claramente, porque yo no tuve comunicación con don Ottón. Creo que esa hubiera sido una buena salida.
¿Este es un buen ejemplo de cómo una buena relación con Ottón Solís hubiera ahorrado tiempo y problemas?
Puede ser. Yo, en realidad, no era el indicado para ese acercamiento.
¿Quién era el indicado?
Bueno, yo tengo cierta responsabilidad política, no tanto administrativa, porque no me corresponde, pero ciertamente la falta de vínculo con el Ejecutivo pudo afectar.
Su gestión ha sido cuestionada por la oposición con el argumento de su desconocimiento del Reglamento Legislativo, para desacreditarlo como presidente del Directorio. Ese argumento se usó en varios casos, entre ellos el tema de los recortes al presupuesto, ¿siente usted que ese desconocimiento haya afectado la dinámica legislativa hasta ahora?
Esos son intentos de la oposición de desestabilizar en el proceso mismo de discusión. Es una práctica parlamentaria usual, lo he tenido que vivir en carne propia, y es normal.
“He tenido que pasar por una curva de aprendizaje muy acelerada, pero, sobre todo, asesorarme con gente que sí conoce con detalle el reglamento”.
¿Cuál es su argumento sobre el proceder en el caso de la aprobación del presupuesto?
Hay un mandato constitucional de que no debe haber un quebranto de dejar al Ejecutivo sin presupuesto. Yo tenía dos posibilidades: una, poner a votación el proyecto original o resolver que ese proyecta era el que quedaba vigente.
“Algunos asesores opinaban que esa era la opción, pero yo resolví ponerlo a votación. La resolución mía es a favor de que se vote el proyecto original, pero bien pude decir que ese era el proyecto a aceptarse. Por Servicios Técnicos lo sometí a la votación, y la votación dio ese resultado (se aprobó el Presupuesto 2015 sin recortes).
“Y decir que quedaba (vigente) el presupuesto del 2014 me parece inconstitucional por romper con el principio de anualidad. El presupuesto 2014 no contempla los ¢500 .000 millones de amortización que hay que contemplar para el 2015. La Sala IV ha dicho que hay que cumplir con los destinos específicos constitucionales y los destinos para los programas sociales. Estaríamos en problemas con el financiamiento de la educación, y con otras leyes. Un diputado ha dicho que acudirá a la Sala IV, y está en todo su derecho .
¿Qué piensa, luego de que no tuvieran éxito los recortes al presupuesto, sobre las advertencias que se hacen sobre el déficit fiscal, sobre las calificaciones de riesgo del país y demás “maldiciones” que se anuncian?
Hay varias opciones, una es concretar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) algo más formal, un programa de asistencia que permita establecer metas de reducción del déficit en cuatro años.
“Lo que se logró con la delegación fueron compromisos de reducir el déficit a la mitad al final de la administración. El compromiso de revisar las convenciones colectivas, los abusos en materia de gasto público.”
“Eso se podría fortalecerse para garantizar a las calificadoras que hay coincidencia con el Fondo Monetario”.
¿Pero este presupuesto, con un crecimiento de 19%, no contradice desde ya los acuerdos?
Bueno, no necesariamente. Recuerde que el compromiso es reducir el déficit en cuatro años. El Gobierno puede optar, en el primer año, por la subejecución (posteriormente a esta conversación el presidente Luis Guillermo Solís emitió una directriz en la que prohíbe la subejecución presupuestaria).
“Yo eso lo había propuesto y no le pareció a Ottón, y ahora él la propone porque, diay, no se aprobó el dictamen de mayoría. Siempre el Gobierno puede girar esa directriz. El 2015 es muy complicado por la amortización de deuda.”
Aunque se quite ese rubro, hay un incremento del 12%, sin amortización.
Sí, pero está también el pago al Patronato Nacional de la Infancia y al Fondo de Asignaciones Familiares, que son incumplimientos que la Sala Constitucional ha dicho que no se pueden dejar de hacer. Y yo no veo por qué debe dejarse de hacer lo que despectivamente se llamó “maquillaje de deuda” por ¢100.000 millones. Hacienda va a proseguir con eso y ver si se puede hacer mayor el monto. Hay tiempo para revisar las líneas de recortes que no pongan en peligro los programas de gobierno.
“Vea que entre dictámenes hay pocas diferencias en los fondos totales a recortar. Las diferencias están en las partidas a tocar. Se trata del tema del Ministerio de Cultura, de Seguridad, de Salud. Ahí se debió centrar el debate”.
Se habla de una desconexión entre el Ejecutivo y el Legislativo, ¿qué opina?
Creo que los 39 proyectos que se aprobaron en segundo debate en los primeros seis meses marcan esfuerzos por llegar a acuerdos nacionales que no se habían logrado antes, como expropiaciones y banca de desarrollo… por eso creo que sí hay acercamiento, y en áreas esenciales no muy polémicas podemos ponernos de acuerdo.
¿Cuáles proyectos le parecen de difícil aprobación?
El tema de la reforma procesal laboral. Ahí intentamos llegar a acuerdos con Liberación en tres reuniones, sobre la base del proyecto, para ver si podemos sumarlo a ellos y no fue posible. Entonces el Presidente tendrá que decidir si levanta el veto antes del 14 de diciembre o no (con posterioridad a esta conversación en veto fue levantado).
¿Cuáles otros temas se ven complicados?
Fecundación in vitro es otro tema. Además, está el tema de impuestos que entraría en enero a la corriente legislativa, según el Ministerio de Hacienda. Yo tengo que convocar los proyectos de sesiones extraordinaria , y entiendo que los de impuestos no están listos. Sí podrían venir algunos relacionados con la evasión fiscal y el contrabando, que tienen apoyo empresarial, pero entiendo que en esta convocatoria no viene el proyecto que crearían el Impuesto al Valor Agregado (IVA), ni el de la renta.
¿Anticipa problemas con esos proyectos tributarios ante la negativa de hacer reportes al presupuesto?
Ya los opositores a los impuestos habían dicho, antes de lo del presupuesto, que no aprobarían esos proyectos. Si no hay muestras de leyes contra el despilfarro y duplicidades en el gasto, no apoyarían.
“Don Otto Guevara (diputado del Partido Movimiento Libertario) dice que tiene un proyecto y lo iba a poner a disposición de la presidencia. Ellos no apoyarán, de todos modos, más impuestos”.
¿Quiénes los apoyan en la creación de nuevos impuestos?
La fracción del Frente Amplio y la de Unidad Social Cristiana, creo. Ellos no tendrían una oposición, a priori, a ese proyecto. Tenemos que valorar el detalle de la propuesta para ver si es viable, claro.
Se ha criticado el apoyo y atención que ha dado este gobierno a los proyectos de las uniones entre homosexuales, ¿qué se hará al respecto?
Bueno, me parece que en materia de derechos humanos hay interés de entrarle a proyectos para la población en discapacidad y a lo de fecundación in vitro. Estos temas de población diversa, matrimonio entre personas del mismo sexo, no irán en esta primera convocatoria a sesiones extraordinarias.
¿Qué se va a hacer con un reglamento legislativo que, según hay acuerdo, obstaculiza la labor legislativa?
Hemos una ruta de tres etapas. Los temas más sencillos, como limitar a media hora el uso de la palabra y no hacerlo de una hora, como en algunos puntos es permitido.
“Apena, por ejemplo, que no haya voto público o electrónico, de forma infalible, como en otros parlamentos, con huella dactilar. Es una falta a la transparencia, eso esta contemplado por la comisión encargada de los cambios al reglamento.
“También se considera abordar el tema de las faltas a la probidad de los diputados, con dos propuesta que queremos convertir en una sola. Pero los cambios mayores requieren reformas constitucionales”.
“Como la comparecencia de presidentes de instituciones autónomas, lo cual no se regula para el plenario. Hay una deuda en esto, incluso con la Sala Constitucional”.
Perfil del Presidente del Congreso
Henry Mora Jiménez Ocupa ese cargo desde el 1 de mayo del 2014.
Economista.
Es diputado del PAC.
Representa a la provincia de Heredia.
Ha sido profesor de la Universidad Nacional.
Tiene 54 años de edad.