El pulso por el acceso a mercados será el plato fuerte de la tercera ronda de negociación del Tratado de Libre Comercio con Colombia, que se realiza esta semana en la ciudad colombiana de Cali.
Las condiciones en el sector industrial parecen especialmente polémicas pues Colombia ha mantenido una posición bastante agresiva desde su primera oferta, en la que llamaba a la apertura del 100% del universo arancelario industrial.
La posición despierta poco entusiasmo entre los industriales costarricenses. La Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) emitió un comunicado reafirmando la necesidad de defender las exclusiones solicitadas por algunas empresas.
Durante la II Ronda de Negociación, tanto la CICR, como la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia), la Asociación Costarricense de la Industria Plástica (Aciplast), la Asociación de Fabricantes Metalmecánicos y Metalúrgicos de Costa Rica (Asometal), y la Asociación de la Industria Gráfica Costarricense (Asoingraf), exigieron al Gobierno mayor atención a sus demandas.
“El alto costo de la energía y los combustibles, la mano de obra, la capacidad instalada, la logística de exportación y los excesivos beneficios de sus competidores suramericanos, son las principales preocupaciones y sensibilidades que afectan la competitividad de los empresarios ticos, ante un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia”, especifica el comunicado de la CICR.
Cacia también aprovechó el inicio de esta tercera ronda para arremeter contra los acuerdos que actualmente negocia el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), al considerar que estos no vienen acompañados de una mejora en el clima de negocios y competitividad general del país.
Pese a la oposición de las organizaciones empresariales, hay compañías que si ven oportunidades en la economía colombiana, poblada por más de 40 millones de consumidores.
Comex ha intentado endulzar el acuerdo para los empresarios locales, destacando áreas de oportunidad y rebatiendo el argumento de que la producción de ambos países son sustitutivas, no complementarias.
“Colombia representa una importante oportunidad para Costa Rica. En el ámbito comercial, la oferta exportable de ambos países posee una composición distinta. Aproximadamente el 70% de las exportaciones colombianas se concentraron en el último año en petróleo, metales (incluido oro) y minerales; es decir, se trata de una economía basada en la extracción de recursos naturales, rubro en el que Costa Rica no tiene gran participación. Por otra parte, Colombia es un socio interesante para explorar y aprovechar nuevos ámbitos de escenario global como los mercados emergentes y el comercio sur-sur” detalló Fernando Ocampo, viceministro de Comercio Exterior y líder del equipo negociador costarricense.