Energía, acceso al mercado estadounidense y fortalecimiento a nivel político, son los mayores atractivos de Latinoamérica para la inversión extranjera directa (IED) china.
Inversión que fue en el 2010, según cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de $15.251 millones, cifra realmente alta si se parte de que la IED acumulada del país asiático en la región entre 1990 y 2009 fue solo de $7.336 millones.
El aporte chino convirtió al 2010 en el año más exitoso para la región a nivel de atracción de IED y colocó al gigante asiático como el tercer inversor en importancia para Latinoamérica, con Brasil y Argentina como los mayores receptores.
A nivel nacional, desde que se rompieron relaciones con Taiwán en el 2007 para tener lazos diplomáticos con Beijing, el país ha recibido recursos provenientes de China en forma de donaciones, pero en el nivel de la IED el impacto todavía es mínimo.
Datos del Ministerio de Comercio Exterior (Comex) indican que el 2009 fue el año en que Costa Rica captó más IED del gigante asiático, con un total de $3,6 millones, mientras que en 2010 la inversión fue de $1,7 millones.
Dichas cifras colocan a China detrás de 15 naciones a nivel de IED en Costa Rica.
Energía y materias primas
La tasa de crecimiento promedio de 9% experimentada por el país asiático durante la última década y su gran capacidad industrial lo convirtieron en el mayor consumidor de materias primas a nivel mundial.
Por eso el economista Mauricio Soto considera que China y Latinoamérica son socios naturales en esa área.
“América Latina es una región con abundancia relativa en recursos naturales, tiene más de lo que se es capaz de procesar, mientras que China puede procesar más recursos naturales de los que tiene, esto los hace socios naturales”, dijo el economista.
El relacionista internacional Carlos Murillo coincide con Soto, pero comentó que, a pesar de la demanda de materias primas, los movimientos de China indican que su interés central está en las fuentes energéticas, ya que ese sector es uno de sus puntos débiles.
“El principal sector es el energético, porque esa es la gran debilidad de China, tiene una estrategia de desarrollo que demanda grandes cantidades de energía, propia del siglo pasado, entonces lo que busca es tener acuerdos de mediano y largo plazo con países proveedores de esos recursos, que le garanticen la oferta necesaria para satisfacer la creciente demanda”, comentó el relacionista internacional.
Según la Cepal, el 92% de la IED que realizó China en la región durante 2010 estuvo relacionada con el sector energético, especialmente en el área de hidrocarburos.
Además, las tres empresas chinas con mayores ventas a nivel mundial, según el índice Fortune Global Top 500 –Sinopec, State Grid y China National Petroleum– pertenecen al sector de energía.
En el caso de Costa Rica, se espera que en enero del 2013 empiecen las obras para la ampliación de la refinería de petróleo, que construirá una empresa binacional denominada Soresco, integrada por la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y la China National Petroleum Corporation (CNPC). El costo de la obra rondará los $1.391 millones.
Precisamente la gira de la presidenta Laura Chinchilla a Asia tiene como gran norte lograr amarrar este proyecto, que se gesta desde la administración de su antecesor, Óscar Arias.
Acceso a un gran mercado
La facilidad que tienen los países latinoamericanos para colocar sus productos en los Estados Unidos (EE. UU.), mediante tratados de libre comercio es otro de los elementos que podría atraer inversión china a mediano plazo, especialmente en el área industrial.
La idea de China, según los consultados, es utilizar acuerdos, como el Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (Cafta, por sus siglas en inglés), para penetrar en el mercado norteamericano con una reducción considerable de los costos de transporte e impuestos de entrada.
China exportó durante el 2010 $365.000 millones a EE. UU., lo que convierte a los norteamericanos en un mercado fundamental para el gigante asiático.
En busca de hegemonía
Murillo comentó que a nivel político la inversión en Latinoamérica es muy importante para China, ya que le permite acentuar su poder blando; es decir, le brinda mayor influencia en las decisiones políticas que toman los países de la región.
Dicho poder se empezó a acumular mediante donaciones de infraestructura, pero poco a poco se está moviendo hacia la IED.
“Incrementar la inversión le garantiza a China tener un mayor poder de influencia sobre las decisiones de los países receptores, es una combinación de recursos de poder, ya que por el tamaño de su mercado y su capacidad de inversión China sabe que muchos países pequeños y medianos ceden por la necesidad de disponer de recursos”, explicó el relacionista internacional.
País debe promocionarse
Para Soto, es un hecho que Costa Rica cuenta con potencial para recibir recursos provenientes de China, sin embargo añadió que se debe buscar una estrategia distinta del resto de Latinoamérica, ya que se cuenta con poco potencial en el nivel de energía y en materias primas.
La directora de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), Gabriela Llobet, comparte la inquietud de Soto, por lo que considera que el país debe realizar un fuerte trabajo de promoción, mediante visitas oficiales y participación en ferias empresariales.
“China es un mercado nuevo, en el que el nombre de Costa Rica debe posicionarse como un destino competitivo para que sus empresas inviertan y ese posicionamiento necesita precisamente de esfuerzos como los que se están realizando, la idea de Cinde es acceder a los empresarios y al Gobierno de China para que exploren a Costa Rica como un aliado estratégico”, mencionó la directora.
Llobet explicó que el objetivo es atraer inversión en los sectores de tecnologías, energías limpias, infraestructura y agroindustria, para convertir a Costa Rica en la principal plataforma de acceso de las empresas chinas a los mercados del hemisferio occidental, mediante el aprovechamiento de los tratados comerciales que tiene el país con Europa y EE.UU.
Costa Rica puede aprovechar la coyuntura, pero debe desarrollar una estrategia de promoción del país como destino competitivo, ya que, de momento, el impacto de la IED china es mínimo.