En silencio, sin aspavientos, pero agresivos y claros de su meta: conquistar el mercado peruano.
Así han llegado hasta ese país suramericano, empresarios costarricenses que colocaron sus productos en las góndolas de supermercados y almacenes, no solo de Lima, la capital, sino en el resto del país.
Y con la entrada en vigencia del tratado comercial entre Costa Rica y Perú el pasado 1 de junio, otros empresarios quieren seguir ese camino, gozando de los beneficios del libre comercio.
En la tierra inca ya consumen colados para niños hechos en Costa Rica, usan espumas de polietileno para materiales de empaque y compran aislamientos térmicos para construcciones. Pronto, otros empresarios exportarán variedades de té, productos farmacéuticos, de cuidado personal y hasta ungüentos.
Dueños y gerentes de empresas nacionales que hablaron con EF coinciden en que han encontrado un consumidor con capcidad de pago, ansioso de recibir productos innovadores y con ganas de probarlos.
Además, ven en Perú un mercado de 30 millones de habitantes, la misma población que representa toda Centroamérica.
“Encontramos una oportunidad, como resultado del tratado comercial. Visité clientes, cadenas significativas de supermercados y mostraron mucho interés”, dijo Miguel Miranda, gerente general de Mondaisa.
Esta compañía comenzará a exportar 14 de las 40 variedades de té que ofrecen, sobre todo las que no se producen allá.
Otra compañía que tiene lista la primera exportación es Servicio de Maquila Larisa, que desarrolla productos de limpieza para el hogar e industrial, así como productos veterinarios y una gran gama de cosméticos.
“Vamos a exportar bajo las reglas del tratado comercial y eso nos da muchas ventajas, son condiciones más beneficiosas. Perú es interesantísimo y podría también importar productos en algún momento”, manifestó Jorge Coto, dueño de la empresa.
Empero, hay voces críticas. El presidente de la Cámara de Agricultura, Álvaro Sáenz, cree que el tratado comercial es más una estrategia política para que el país ingrese a la Alianza del Pacífico, que una oportunidad comercial.
El mercado del sur
Costa Rica importa de Perú más de lo que exporta, según cifras de Procomer.
Es algo que podría variar. En un estudio de mercado, la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) determinó que además de esos productos, también hay potencial para equipos médicos, software especializado, líneas gourmet como salsas, atunes y productos para celiacos.
Además, encontraron espacio para aquellos relacionados con hoteles, incluidos materiales de construcción y decoración.
Procomer llevará una misión de empresarios a Perú del 23 al 25 julio para desarrollar negocios.
“Es un mercado en las dos vías, importación y exportación, porque es muy variable la cantidad de industrias por las que apostamos”, dijo Arianna Tristán, coordinadora de investigación de mercados de la Promotora.
Es un camino que ya recorren empresarios nacionales. El Grupo Irex exporta colados Agú desde hace 3 años y las ventas han crecido en un 40%, en lo que va del 2013. Con el tratado de libre comercio pagarán menos impuestos para ingresar a ese territorio.
“Esperamos que el tratado impacte y podamos ser más competitivos. Perú es un mercado en crecimiento, hay mucha competencia con Suramérica, pero se tiene una oportunidad, porque son países muy grandes”, dijo Hugo Gutiérrez, desarrollador de negocios de Irex.
Otra empresa nacional que exporta a Perú desde el 2010 es Prodex, que envía cerca de 14 productos diferentes, como espumas de polietileno para materiales de impaque e insumos de construcción.
El dueño de la empresa, Sergio Luconi, comentó que han establecido alianzas estratégicas en Suramérica para llegar allá.
“Nos han beneficiado mucho los temas bilaterales y estamos enfilando baterias para producir en Perú a finales del 2013”, explicó Luconi, quien dijo que las exportaciones han tenido “crecimientos importantes”.
Ajustes pendientes
El ingreso del tratado comercial genera beneficios inmediatos, pero algunos temas se resuelven a mediano plazo.
Para Luconi, uno de los aspectos positivos es que se ha agilizado el paso por la aduana. Antes tardaban 15 días para sacar un contenedor, ahora lo hacen en 3 o 4 días.
“Ahora tenemos la misma fiscalización, pero más agil, ya no pasamos por revisiones exhaustivas y prolongadas y eso ayuda a que el contenedor llegue mas rápido”, dijo.
Esto implica una rotación del producto más rápido y que se repita la exportación en menos tiempo.
Empero, hay frentes abiertos que evitan una ruta sin tropiezos. Está el registro de los nuevos productos en Perú, que según Miranda, le llevará como seis meses concretar.
Otra preocupación es el alto costo de los fletes por parte de las navieras, lo que les impide ser plenamente competitivos, aseguró Gutiérrez.
Sin embargo, esos ajustes pendientes no amenazan el creciente y pujante atractivo del mercado inca.
De una u otra forma, el comercio entre ambos países ya está liberado.
Dependerá ahora de los exportadores y de sus productos, atreverse a consolidar la conquista del mercado peruano.