Sin rebuscar mucho, en Zapote y Cuesta de Moras reconocen entre dientes que la mala praxis política es la causante de los vetos que han detenido leyes a punto de ejecutarse.
En 27 meses, tres leyes fueron detenidas en Zapote. Supera los dos vetos de Óscar Arias en el periodo 2006-2010. Y Abel Pacheco (2002-2006) no vetó ninguna ley.
Empero, Chinchilla aún está muy lejos de igualar los 16 vetos que aplicó José María Figueres (1994-1998) y los 13 de Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002).
Así, el detalle no es la cantidad, sino la forma en que se presentaron y lo que ello revela. Falta de coordinación entre ministerios, delegatorias a comisiones que no proceden y un análisis de los contenidos que no es estricto, figuran como los errores relevantes de Zapote.
Las sacrificadas
La temática sujeta a veto, así como las consideraciones de oportunidad para ejercutarlo han variado.
Hasta ahora, la mandataria ha tenido que quebrarles las piernas a la “Ley para la atención de personas con enfermedad celiaca”, a la reforma a la “Ley de procedimientos de observancia de los derechos de propiedad intelectual” y a la “Reforma procesal laboral”, la más ambiciosa de las tres.
De haber sido por los diputados, esas iniciativas hubieran cruzado la meta final.
¿Dónde estuvo el yerro?
El freno de emergencia del veto impidió que la legislación laboral avalara el derecho a huelga en los servicios públicos esenciales y la prohibición para contratar personal temporal para sustituir a los huelguistas, tal como lo avaló el Parlamento.
Carlos Ricardo Benavides, ministro de la Presidencia, dijo que una de las piezas del engranaje político que falló fue la comunicación entre Casa Presidencial y el Ministerio de Trabajo, y el seguimiento que la cartera debía darle al proyecto.
“Estaba lleno de bondades y eso habría generado un entusiasmo entre los empresarios, sidicatos y el Ministerio de Trabajo, que no reparó en dos aspectos particulares”, justificó, tras añadir que el plan data del gobierno de Abel Pacheco, por lo que muchos aspectos ya habían sido dados por discutidos.
Congreso de humanos
¿Y los diputados? ¿Se equivocaron al aprobar una ley dañina para los usuarios según Zapote?
En la tierra legislativa, Fabio Molina, jefe de fracción del Partido Liberación Nacional (PLN), aceptó que, humanos al fin y al cabo, los diputados están expuestos a dejar que los elefantes les pasen entre las piernas sin percatarse.
“El veto está bien puesto. Los diputados acertamos al aprobar 403 artículos y fallamos en dos. No hay justificación que valga”, reconoció en un mea culpa .
En el caso del proyecto de ley para eliminar las penas contra el fotocopiado de textos educativos, también vetado, Molina aseguró que el error estuvo en delegarlo a una comisión con potestades plenas, integrada solo por 19 diputados, donde la mayoría de legisladores desconocía lo que estaba sucediendo.
En síntesis, la mala praxis política, en este caso legislativa, ocurrió al delegar el estudio y votación de un tema trascendente a un foro donde no participan todos los legisladores. Pero Molina prefiere un tono más suave.
“Hay que decirlo. El Poder Ejecutivo tiene una visión país más clara que la tiene el Congreso, porque le toca implementar y ejercer la legislación”, arguyó.
El costo de vetar
Con una frágil imagen ante la ciudadanía, que por mayoría opina mal sobre su gestión, los vetos podrían acarrearle más problemas a la presidenta, en opinión del politólogo Daniel Calvo.
El politólogo cree que la Presidenta se juega la popularidad al frenar iniciativas que beneficiaban a sectores altamente volátiles como el estudiantil y el sindical. “Además, las relaciones entre los poderes parecen estar muy tensas, y eso quedó en evidencia en las declaraciones de Carlos Ricardo Benavides, al señalar que la Corte se equivocó en la reforma procesal laboral”, opinó.
El analista Claudio Alpízar termina de pintar el cuadro. “Es más que evidente que el ministro Benavides y el jefe de fracción del PLN no tienen una buena comunicación; los vetos acentúan la percepción de que al Gobierno le hace falta un buen ‘director técnico’ y que no tiene brazo político”, redondeó.
Pese a la mala percepción, el ministro de Comunicación y Enlace Institucional, Francisco Chacón, advirtió que Casa Presidencial no renunciará a utilizar el veto cuantas veces sea necesario.
Chacón afirmó que se pretende exagerar la trascendencia de los vetos, lo cual no se justifica. “¿Acaso que alguien se sorprende cuando la Sala IV frena un proyecto por inconstitucional? Debería ser igual cuando el Poder Ejecutivo ejerce su potestad de veto”, recalcó.
Sin embargo, la Sala IV no tiene que coordinar con el Poder Ejecutivo lo que se está debatiendo en la Asamblea. Zapote sí. O al menos, debería saber lo que su fracción está avalando para que sea, nada más que ley del país.
Leyes frustradas
José M. Figueres: En 1995 vetó las reformas a la Ley reguladora del mercado de valores para autorizar la creación de los planes privados de pensiones complementarias.
Miguel A. Rodríguez: El 20 de diciembre del 2001 vetó una ley que autorizaba a la Caja Costarricense de Seguro Social a donar placas radiográficas expuestas, liquidos fijadores y residuos sólidos a ONG.
Óscar Arias: En el 2009 frenó una ley para que se realizaran consultas populares en temas ambientales. En aquel momento se discutía el marco de apertura del mercado de telecomunicaciones, que pudo verse afectado por la ley vetada.
Fuente Serv. Parlamentarios y PGR.