La piña pasó en Costa Rica del crecimiento explosivo a la búsqueda de una maduración.
En solo una década, las exportaciones pasaron de $158 millones en el 2002, a un pico de $789 millones en el 2012, un aumento de un 400% que puso esta fruta en el tope de los envíos agrícolas, sobre el banano y el café.
Sin embargo, ese auge ya no tiene el mismo ímpetu. En el 2012 el área sembrada de piña bajó un 6,6%, al pasar de 45.000 hectáreas a 42.000.
Es el momento de replantear la siembra, y ocurre justo cuando en los productores se presenta un cambio de guardia.
Hace diez años se creó la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep).
El empresario Abel Chaves fue el presidente de la junta directiva de ese gremio desde el principio. Empero, hace dos semanas decidió cerrar su ciclo y dejar la presidencia en manos de Christian Herrera León.
Chaves comentó a EF que con el cambio, los piñeros celebran su consolidación como un grupo de empresarios respetuosos de las normas ambientales y de las reglas laborales, campos en los que han sido criticados.
Agregó que su presidencia se caracterizó por la firma de convenios con entidades públicas y privadas para modernizar normas de producción, agregarle valor al producto final y abrir nuevos mercados, más exigentes, a la piña tica, aspectos aún en proceso.
El techo del área cultivada
A pesar de la caída en el área, la producción mantiene el paso. Creció un 10% en el 2012, y las exportaciones entre el 2010 y 2012 tuvieron un dulce resultado, con un aumento de un 15,6%
Para explicar la disminución en el área sembrada, hay que arar la tierra de las causas. Entre ellas están la revaluación del colón frente al dólar y un aumento en los costos de producción.
Para Chaves, se está ante la llegada al tope del área de cultivo , de la mano de 1.250 productores, de los cuales solo un 2,8% son grandes empresas.
Esa fuerza productora vende un 52% de sus cultivos de piña a la Unión Europea (UE). El restante 48% se exporta a los Estados Unidos.
El reto principal para la nueva presidencia de Canapep, entonces, será mantener el área de cultivo, con el fin de que no caiga el volumen de las exportaciones.
Chaves cree que una pieza fundamental para alcanzar ese objetivo es sacarle provecho a los convenios con entidades como el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), con el Tribunal Ambiental, con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y con el Ministerio de Agricultura y Ganadería y varias cooperativas, para clarificar el uso de agroquímicos en los sembradíos, con el fin de garantizar un mayor consumo en los mercados internacionales.
Marca país para la piña
Pero el principal paso hacia la consolidación del sector piñero es alcanzar la creación de la marca país.
Tal acción se podría concretar en los próximos meses.
Los piñeros negocian los términos de la marca país con la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Según Chaves, ese “sello de calidad” permitiría potenciar las exportaciones piñeras para que el país no se deje alcanzar por sus competidores latinoamericanos en la venta de piña, entre ellos, Colombia y México.
La marca país implicaría un reconocimiento del valor agregado de la piña costarricense por procesos de cultivo respetuosos con el medio ambiente, así como otro tipo de buenas prácticas, como la carbono-neutralidad y el respeto a las normas laborales.
Mayor afiliación
Christian Herrera León secundó el criterio de Chaves sobre la importancia de que la piña cuente con un distintivo que le permita llegar a más mercados mundiales, más exigentes.
Según el nuevo presidente de Canapep, la rentabilidad de la piña ha caído, por lo que el proyecto de marca país sería fundamental para alcanzar un repunte en las ganancias de los productores y así mantener el área de cultivo.
Eso permitirá garantizar el volumen de exportaciones del país.
Para lograrlo, Herrera propone un aumento en la cantidad de afiliados a la cámara.
Hoy Canapep agrupa a 59 empresas que en total producen el 80% de las cajas que se exportan.
Herrera comentó que uno de los giros que debe dar la cámara para atraer más afiliados es el fortalecimiento de los servicios brindados al asociado, como la transferencia tecnológica y nuevos convenios para mejorar las prácticas medioambientales y sociales de las empresas.
Las mejoras en esos rubros son fundamentales para que los piñeros se mantengan a la vanguardia de la oferta exportadora costarricense.
Chaves y Herrera saben que el compromiso debe ir más allá.