El Presupuesto Ordinario de la República para el 2015 de ¢7,9 billones crece un 19% con respecto al del 2014.
Al analizarlo en detalle, excluyendo el pago de las deudas del Gobierno, salta a la vista el crecimiento importante de algunas subpartidas que podrían evidenciar una tijera poco afilada de Hacienda.
El rubro denominado “Instalaciones”, que incluye la construcción, adición y mejoras por contrato de obras para telecomunicaciones, electricidad, acueductos, oleoductos, depósitos y obras de riego, entre otras, se dispara de ¢15 millones autorizados para el 2014 a ¢779 millones presupuestados para el próximo año.
A juzgar por el crecimiento de un 448% en la subpartida “vías de comunicación terrestre” los conductores deberían notar una mejora en las carreteras y calles del país gracias al incremento de ¢6.329 millones en los fondos destinados a ellas con respecto al previsto para gastar en el 2014.
Sin embargo, el aumento en los recursos no implica que se traducirá en mejoras palpables para la ciudadanía pues, en muchos casos, los recursos serán víctimas de la subejecución, característica que predomina en la administración de los ministerios y entidades descentralizadas que reciben transferencias del presupuesto.
Ni bisturí ni machete
No en vano la Contraloría General de la República (CGR) dio insumos a los diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios para que recorten hasta ¢200.000 millones en el presupuesto.
Ese monto, dijo la contralora Marta Acosta, es el que típicamente el Gobierno es incapaz de ejecutar por año.
Pese a la recurrencia del señalamiento de la CGR, Hacienda incrementó en más de un 100% diez partidas del presupuesto.
Entre estas se cuentan rubros sensibles a la crítica como alquileres y transferencias corrientes obligadas por ley que nutren a entidades descentralizadas que históricamente han carecido de capacidad para ejecutar el 100% de los recursos que reciben.
Tal es el caso del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) cuyo presupuesto creció un 83% con respecto al 2014 gracias a que su asignación definida en la Ley No. 7648 pasó de ¢17.555 millones a ¢32.115 millones.
En el 2010 el PANI subejecutó ¢1.707 millones, según un estudio preparado por sus funcionarios.
Salarios: disparador de gasto
Dentro de las transferencias corrientes también se incluye el pago de aumentos y de pluses salariales para los empleados de varias entidades descentralizadas.
Para el segundo semestre, el Gobierno negoció un aumento de un 5,14% con los empleados públicos, un 1,14 puntos porcentuales por encima de la inflación interanual.
La decisión desató cuestionamientos debido al estado de las finanzas públicas, que enfrentarían un déficit de un 6% este año de acuerdo con el Banco Central.
La subpartida de transferencias corrientes a entidades privadas sin fines de lucro aumentaría un 157% entre el 2014 y el 2015.
Según el Clasificador por Objeto del Gasto, utilizado por el Ministerio de Hacienda, esta subpartida contiene los recursos para financiar gastos corrientes a entidades que se rigen por el derecho privado, como asociaciones, fundaciones, cooperativas, temporalidades de la Iglesia católica, sindicatos, cámaras, federaciones, comités y cuotas a organismos internacionales, entre otras.
Filosofía PAC no pesa
Para la economista Patricia Pérez, exdiputada del Movimiento Libertario, también es importante el incremento que sufren subpartidas para financiar consultorías y viajes, títulos del presupuesto que el Partido Acción Ciudadana (PAC) siempre amenazó con el machete.
Mientras lo estimado para viajes crecerá un 12%, el pago de consultorías aumentaría un 2% para el año entrante, para sumar, junto con los alquileres, más de ¢60.000 millones.
“Una de dos: o el Gobierno efectivamente abrió sin medida la llave del gasto, o el destino de las partidas infladas será redireccionado en un futuro presupuesto extraordinario para otros fines, que es una costumbre de Hacienda”, dijo Pérez.
Empero, la presidenta de la Academia de Centroamérica, Edna Camacho, considera que el incremento en el presupuesto se debe a la falta de calidad en el gasto.
Este debido especialmente a la ausencia de controles sobre el destino que le dan las instituciones a los recursos que reciben como transferencias del Gobierno Central.
“La mayoría de partidas del presupuesto crecen por encima del ritmo con el que crece la economía (3,7% estimado para el 2014). Hacienda demuestra laxitud al dejar que una partida crezca a ese nivel”, sostuvo Camacho, quien fue viceministra de Hacienda. Ella también mostró preocupación por el nivel de subejecución de recursos públicos transferidos a instituciones descentralizadas.
La alerta es mayor cuando se asimila que el 47,2% de los gastos para el 2015 se financiará con emisión de deuda.
Será hasta el 30 de noviembre –fecha límite para aprobar el presupuesto–, cuando se conocerá si la tijera pesará o no en el gasto del Gobierno.