Es el trago más amargo para el grano de oro tico. De las 93.000 hectáreas de café que se siembran en todo el país, el 67% (63.441 hectáreas), están afectadas por roya desde finales del año pasado, cuando se comenzó a propagar el hongo.
Del total de las plantas con la enfermedad, 15.900 hectáreas (25%) fueron dañadas de manera severa, según cálculos del Instituto del Café (Icafe).
Esta enfermedad está presente desde hace 30 años, pero nunca había afectado más allá del 5% de las siembras. El problema actual surgió por la disminución de la lluvia y el aumento de la temperatura a finales del año pasado, condiciones que dieron a la plaga una dimensión inédita.
Las opciones que tienen los 52.700 productores que dependen del grano son renovar las plantaciones o podarlas casi en su totalidad, cuyo resultado es el mismo: esperar 2 años para que produzcan de nuevo.
Durnte ese lapso, ¿cómo sobreviven las familias cuyo único ingreso proviene del grano?
En la Asamblea se valora una asistencia de emergencia, pero la velocidad legislativa podría no ser vertiginosa: hay diferencias entre el Gobierno y la fracción del Partido Acción Ciudadana (PAC) sobre el fideicomiso que acudiría al rescate del café.
“Creemos que por la emergencia de los caficultores y la coyuntura legislativa, que requiere crear el fideicomiso y un presupuesto de emergencia, esto podría requerir unos dos meses”, dijo la diputada Annie Saborío, quien presidió la comisión que dio dictamen positivo al proyecto del fideicomiso.
Enfrentando el desastre
Los productores que resultaron más golpeados son los de las zonas de Pérez Zeledón y Coto Brus, donde las autoridades han intensificado su ayuda: el Gobierno decretó una emergencia y destinó $4 millones a la compra de agroquímicos, que reparte desde el 24 de abril para combatir la enfermedad.
Sin embargo, este salvavidas no ha sido suficiente para amortiguar los efectos de la plaga y tanto el Icafe como el Ministerio de Agricultura (MAG) presionan a los diputados para que aprueben el fideicomiso por ¢20.000 millones para apoyar a los pequeños y medianos productores, que por lo general son dueños de entre 2 y 3 hectáreas cada uno.
Según explicó la ministra del MAG, Gloria Abraham, la mitad de ese dinero se destinará a ayuda social para que las familias que perdieron su cosecha puedan subsistir.
El resto será para apoyar a los agricultores en renovación de cafetales, con nuevas variedades del grano y en readecuación de deuda con los bancos.
El Icafe está trabajando para producir una variedad nueva de café, más resistente a la roya, mediante la mezcla de una costarricense con una brasileña, sin perder la calidad.
No obstante, muchos de los productores de café ya están tomando sus medidas de emergencia. Es el caso de Gilberto Arguedas, de San Pablo de Platanares de Pérez Zeledón, quien ha dedicado toda su vida a producir café y ahora se prepara para sembrar en una parte de la finca frijol y maíz, mientras se sobrepone a los efectos de la roya.
“Lo que pasó ha sido terrible. No tengo dinero para volver a comprar matas nuevas y sembrarlas. Haciendo milagros voy a comprarme 1.000 matas”, dijo este agricultor de 59 años, cuya única entrada para mantener a la familia proviene del grano de oro.
Urge fideicomiso
El 30 de abril, la Comisión de Agropecuarios de la Asamblea Legislativa dio un dictamen positivo del proyecto de ley del fideicomiso y quedó listo para ser llevado al Plenario, donde tendrá que someterse a la votación de todos los congresistas en primero y segundo debates.
Sin embargo, con el reciente cambio de Directorio Legislativo, deberá esperar para que se acomoden los proyectos en el orden de prioridades y la Asamblea arranque oficialmente el último año de esta administración.
Según la ministra Abraham, hay voluntad de los legisladores para atender el tema y esperan que se altere el orden del día para que ubiquen el proyecto entre los primeros puntos a votar.
Empero, las diferencias podrían dificultar un trámite expedito. El diputado Jorge Gamboa del PAC, miembro de la comisión de Agropecuarios, advirtió que tienen observaciones de fondo sobre la propuesta de Zapote.
“Quieren crear un fideicomiso que administre el Banco Nacional, eso es un proceso largo. Nosotros queremos algo más expedito y transparente, crear el fideicomiso al interior de la Banca para el Desarrollo, y que el IMAS use recursos para atender a familias campesinas pobres”, dijo.
Sin embargo, Saborío considera que la propuesta del Gobierno es el camino más adecuado. “Explicamos al PAC que la Banca para el Desarollo es un sistema y no un banco, pero creo que en esto lo que sigue es clarificar el proceso, porque existe la disposición de ayudar”, expresó.
Y es que el desastre es hondo. Según Icafe, en el país se producen 2.240.000 fanegas de café al año y por la roya se perdieron 300.000 (13%). El director de ese instituto, Rónald Peters, no se atreve a adelantar una cifra de lo que se perderá en el 2014, pero asegura que el daño será mayor.
Aroma de la ayuda
El fideicomiso propuesto tiene varios elementos:
1. Dinero para productores: El fideicomiso es de ¢20.000 millones e impulsado por el Ministerio de Agricultura.
2. Ayuda: La mitad del dinero se destinará a ayuda social a los productores afectados, cuyo único ingreso es por la siembra de café.
3. Nuevas plantas: Otra parte al manejo fitosanitario de la epidemia y al plan de renovación de cafetales iniciado en agosto del 2010.
4. Crédito: El fideicomiso incluye autorización especial para que los bancos del Estado establezcan líneas de crédito preferenciales.
5. Fodesaf: Se propone que se financie con el 50% del superávit de Fodesaf, por una única vez, un tema que debe clarificarse.
Fuente Entrevistas y archivo.