La sequía, consecuencia del fenómeno de El Niño, causó hasta ahora pérdidas por ¢10.500 millones en el Pacífico Norte del país, de los cuales ¢7.000 millones corresponden a la agricultura y ¢3.500 al sector pecuario (ganado, acuicultura, etc), informó el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Además, ya se están presentando dificultades con las fuentes de agua para suministro humano según reconoció la presidenta ejecutiva de Acueductos y Alcantarillados, Yamileth Astorga.
Esta situación llevó a que el Gobierno declarara la tarde de este martes una emergencia amarilla para el Pacífico Norte y el Pacífico Central.
Iván Brenes, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, explicó que la medida implica acciones inmediatas para palear el problema. Entre ellas están: suministro de pacas de forrajes, melaza de miel y otros suplementos para atender a los animales, así como una serie de atenciones y capacitación para productores del sector agrícolas.
No descartó una declaratoria de emergencia conforme se vayan afinando los estudios de pérdidas y el impacto de El Niño en la sequía y la producción.
Juan Carlos Fallas, director del Instituto Meteorológico Nacional, advirtió que en lo que va de julio en Guanacaste solo ha caído un 1% de lluvia con respecto al promedio histórico.