¿Es posible evitar que menores de 18 años consuman alcohol? De acuerdo con el psicólogo Gerardo Tálamo, sí. El secreto está en que los padres se informen más que los hijos sobre el tema y promuevan una discusión respetuosa, acompañados por datos científicos. Tálamo está en el país para dar charlas coordinadas por Educalcohol, una organización que trabaja con adolescentes y educadores en la prevención en el control del consumo de bebidas alcohólicas.
"¿Qué pasa cuando un menor consume alcohol? Cuando la costumbre se desarrolla más temprano, aumentan las posibilidades de que sea dependiente del alcohol en el futuro. Pero no hay que esperar tanto para ver consecuencias: está comprobado que el cerebro sigue en desarrollo hasta después de los 20 años, por lo tanto, consumir alcohol frecuentemente antes de los 18 provoca efectos negativos inmediatos que se pueden convertir en daños irreversibles", asegura Tálamo.
Esta información se desprende de estudios hechos con imágenes de resonancia magnética de cerebros activos: cuando a un joven no tomador y a un tomador frecuente se les administra agua azucarada, sus cerebros reaccionan totalmente diferente. "En el joven que no toma hay reacciones, el cerebro percibe la acción y la analiza. En el de un joven que toma alcohol con frecuencia se ve mucha menos acción y lo más grave es que los sectores del cerebro que reaccionan menos son los relacionados con la toma de decisiones, la memoria visual, el aprendizaje y el seguimiento de los principios y normas sociales", aseguró el especialista.
Otros descubrimientos importantes son las relaciones entre la genética y los efectos del alcohol: tener familiares alcohólicos aumenta las posibilidades de que un consumo moderado en la adolescencia active un factor hereditario y haga al joven dependiente de las bebidas alcohólicas. Otros riesgos elevados son los efectos "disparadores" del alcohol en casos de familiares con cáncer de seno, cuya incidencia aumenta cuando se consume alcohol en la adolescencia.
"La meta debe ser llegar al acuerdo de cero alcohol antes de los 18, y que la información de estudios tome el lugar de los mitos o de las informaciones de los pares, pero siempre en un ambiente de convencimiento y no de imposición, porque con los adolescentes la imposición fracasa", asegura el psicólogo.
Un estudio de la Facultad Latinoamericano de Ciencias Sociales (Flacso) publicado en 2009, asegura que para ese momento las primeras experiencias de adolescentes costarricenses con el alcohol se daban entre los 15 y los 16 años. "Cuando le pregunto a los padres cómo se sentirían si se enteran de que sus hijos consumen alcohol, las principales reacciones son miedo, rabia y decepción. Yo les pregunto por qué y muchas veces aseguran 'Pensaba que mi hijo no era capaz de algo así' pero se sorprenden cuando les pregunto "¿y qué has hecho para evitarlo?". Ser mentores de los hijos es responsabilidad de los padres y eso incluye hablar todos los temas, no suponer que las cosas no van a pasar", subrayó Tálamo.
Sitios como http://www.talkingalcohol.com, http://www.wcpreventionpartners.org/ y http://educalcool.qc.ca/ contienen información en inglés (y en algunos casos también en español) que puede servir como punto de partida para conversaciones, acuerdos y compromisos entre padres e hijos.