Hay elementos clave para ganar el Oscar a la Mejor Película, el más importante de todos. Lo recibe el o los productores y no el director, aún cuando a veces coinciden. Este año, es el caso de Argo , de Ben Affleck, Lincoln , de Steven Spielberg, Zero Dark Thirty , de Kathryn Bigelow y Life of Pi , de Ang Lee.
Pero la Academia prefiere los filmes basados en hechos reales, así que los tres primeros parecen los candidatos más fuertes. Y es que el tema bélico es privilegiado por el gran Oscar y también estos lo abordan. Lincoln se ubica en el contexto de la Guerra Civil; Argo durante la revolución iraní de 1979 y Zero Dark Thirty aborda la búsqueda y captura de Bin Laden, en la llamada guerra contra el terrorismo.
Cintas históricas, bélicas, de larga duración –más de dos horas, pareciera el estándar para lo que Hollywood considera un filme serio– y en idioma inglés, tienen cuatro rasgos para el éxito. Esto descarta Amour , de Michael Haneke –mi preferida– ya que no cumple con ninguno.
Comedias o ciencia ficción nunca han sido elegidas como mejor película y aún cuando musicales como Chicago (2002) sí lo lograron, dudamos de que Les Miserables o la parodia de western , Django Unchained , lo ganen.
Otros elementos “oscarizables” son tener como protagonista una persona con discapacidad mental, como Forrest Gump (1994), o a una minoría étnica, como en Bailando con lobos (1990). Este año, Silver Linings Playbook tiene como protagonistas a una pareja de depresivos, maniáticos, obsesivos y otras enfermedades mentales, pero hoy son tan comunes que no valen para Mejor Película, aun cuando sus actores podrían obtener los galardones. Beasts of the Southern Wild , sobre la comunidad bayou en el sur de los Estados Unidos tiene demasiada fantasía para alcanzar el gran Oscar, al igual que Life of Pi.
Premios anteriormente recibidos por Argo como el Golden Globe y el Bafta inclinan la balanza hacia el filme, pero prefiero pensar que el ganador será Lincoln , con un guión consistente, sólidas actuaciones y una recreación impecable.