Una de las cosas bellas de esta Feria del Libro que acaba de terminar fue la visita y el recital de la poeta y novelista nicaragüense Gioconda Belli. Presentó una recopilación de sus libros de poemas, La Giocoteca , genial idea de la Editorial Anamá de Nicaragua. Ante un público numerosísimo y entusiasta, Gioconda leyó poemas de todos los libros de la Giocoteca que, bellamente editados, con portadas de Chagall, se suceden en orden cronológico: Sobre la grama , el libro que la dio a conocer en 1972 y ganó el premio Mariano Fiallos Gil, de la Universidad Autónoma de Nicaragua. Mezcla de poema libre con prosa poética, destaca por su frescura e irreverencia, como la del poema Quiero .
Sigue Línea de fuego , con el que ganó el premio Casa de las Américas 1978. Poemas de lucha, políticos, y de sus impresiones de Costa Rica –uno de sus países de exilio–. Aquí nos muestra esa difícil amalgama entre ser mujer/hembra/madre y guerrero que todo lo abandona por su país. Continúa con Truenos y Arcoiris , Managua, 1982. Sigue De la costilla de Eva , Managua, 1986. Estos reflejan el difícil proceso de una revolución atacada desde fuera pero nunca está ausente el erotismo.
Viene Apogeo , donde se aleja de cuestiones políticas. Luego Mi íntima multitud , que gana el V Premio internacional de poesía Generación del 27, en el 2002. Allí vuelve Gioconda a su país, para llorarlo. Este libro contiene algunos de sus mejores poemas, entre ellos Carlos, ojalá que las hormiguitas no te lo cuenten , donde lo épico y lo bíblico se mezclan en un tono menor. Después el penúltimo: Fuego soy, apartado y espada puesta lejos , que ganó el XXVIII Premio internacional de poesía ciudad de Melilla, en el 2006. Y finalmente En la avanzada juventud , otro de mis favoritos, publicado primero por Visor en 2013 y luego por Anamá. En este último libro la mirada se aleja para agrandar la perspectiva.
La Giocoteca es un tesoro.