Vivir en un país tropical como el nuestro nos permite disfrutar de gran cantidad de frutas con producción y abastecimiento permanente.
Las frutas tropicales se han convertido en productos apetecidos por los mercados mundiales y los grandes chefs, quienes las usan para poner un toque exótico en sus platos con sus vivos colores, formas, sabores y aromas.
Podemos encontrar en la región de Centroamérica frutas como guayaba, maracuyá, papaya, naranjilla y coco. En Suramérica el tomate de árbol, la uchuva y la piña. Al norte de la india el mango y en el resto de Asia Central otras como el lichee, la carambola, el caqui, el kiwi y el tamarindo.
Un aspecto importante a la hora de escoger las frutas es que estén en su punto óptimo de maduración, se debe observar su peso, color, aroma y textura firme al tacto.
Una forma creativa de servir las frutas es en brocheta, por ejemplo una fresa, un trozo de piña y un trozo de kiwi, y así utilizando colores y sabores que contrasten, complementándola con sirope hecho con agua, azúcar y miel e infusionado con hierbas como albahaca, jengibre o culantro y un golpe de Jerez u otro licor.
También podemos hacer ensaladillas de mango, piña y papaya y agregarlas a una tapioca con coco, o crear un crème brulée de maracuyá. Una sopa de frutas fría sería opción para el verano, un sirope simple con infusión de banano y trozos de frutas variadas. Una granita de kiwi para refrescar el paladar se hace congelando pulpa licuada con almíbar y se come raspando con tenedor.
Podemos utilizar además especies con frutas, para crear estímulos gustativos y para despertar nuestros sentidos, como una compota de piña con clavos de olor y frambuesas, o incluirlos en nuestros batidos o jugos como de zanahoria con naranja y maracuyá y jengibre, una limonada con picadillo de fresas y hojas de menta, un batido de melón verde con maracuyá y toques de pimienta negra o mango con limón y toques de ají.
De esta forma nos damos la oportunidad de experimentar con las frutas.