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El otro menú

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-En mi infancia, los restaurantes italianos no incluían polenta en sus menús, pero tuve la fortuna de conocerla desde muy pequeña, ya que mi tía Yolanda, hermana menor de mi madre, estaba casada con Pío Albónico, un caballero suizo-italiano que le enseñó a prepararla . Ella la hacía deliciosa y la acompañaba de una lengua en salsa inolvidable. Por aquellos tiempos, el producto se traía de Europa y era imprescindible una olla de cobre.








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