La Sele en Brasil y Maikol Yordan de viaje perdido han sido dos fenómenos colectivos que le cambiaron el rostro a nuestra cultura.
De Brasil 2014, Keylor Navas y los muchachos ya se han escrito libros y se harán películas, como la que realizó Miguel Gómez sobre aquella otra selección que nos llevó a octavos de final, en el Mundial de Italia. El filme de Gómez, Italia 90 , acompañaba en las salas a los futbolistas que estaban en Brasil.
Con Maikol Yordan de viaje perdido , proyecto del grupo La Media Docena, el cine nacional reventaría las pantallas, las estadísticas y los mitos. A un mes de estrenado el filme han ingresado 471. 479 espectadores, según la empresa Rentrak Corp. Uno de cada diez costarricenses ha visto la película.
Podemos calcular que, en dos o tres semanas más –porque el ritmo de asistencia no ha bajado–, la película habrá ganado otra copa del mundo: habrá superado en espectadores a la megaproducción hollywoodense más taquillera de la historia del país. Esto significa un ingreso millonario del cine.
Solo en impuestos, el filme aportaría más de medio millón de dólares al Estado. El resto se divide entre los productores y las salas de cine, sin contar los millones de palomitas que devoramos mientras nos reíamos.
La cinta recuperó su inversión, lo que le permite a sus productores seguir realizando películas y así, por fin, hablar de industria fílmicia.
Si bien necesitamos una ley de cine para apoyar una producción sostenida y diversa, el filme de Gómez y La Media Docena es la prueba de que el audiovisual es una importante fuente de ingresos a la economía nacional.
Me atreví a preguntarle a don Edwin, un chofer de taxi, si conocía la película. Después de reírse me dijo que sí. Había ido dos días antes con su esposa, sus dos hijos y la suegra. “¿Y qué fue lo que más le gustó?”, le dije. “Diay, que siempre la anda pulseando... como uno”. El cine costarricense también y vale la pena seguir apoyándolo.