Crecimiento personal, profesional y económico seducen a quienes deciden seguir su carrera en una empresa internacional.
Los beneficios y la opinión de la familia es decisiva. Capacidad para actuar en contextos de incertidumbre, flexibilidad, adaptabilidad y creatividad, son características que vuelven a los ejecutivos atractivos para altos cargos en compañías multinacionales.
Esto ha llevado a que muchos sean elegidos para ocupar cargos en filiales en el exterior y lograr así una oportunidad de crecimiento, tanto económico como profesional.
“En el extranjero, valoran la capacidad de ejecución, cumplir o exceder lo que estos ejecutivos decían que iban a hacer en los presupuestos”, destacó Federico Muttoni, gerente de Advice.
Los denominados “expatriados” tienen la difícil decisión de hacer cientos o miles de kilómetros solos o con sus familias, a destinos muy dispares, con los desafíos personales y profesionales que esto conlleva. Entonces, los incentivos pasan a ser claves. Además del incremento del sueldo, la oportunidad de crecer profesionalmente, conocer la casa matriz de la empresa y la oportunidad de seguir los estudios en el exterior son fundamentales.
Estos aspectos atraen sobre todo a los más jóvenes y sin familia, explicó Gonzalo Icasuriaga, del Departamento de Estrategia y Capital Humano de CPA/Ferrere. Muchos lo ven como una oportunidad de manejar procesos de negocios de mayor volumen, trabajar con una multiplicidad de idiosincrasias, culturas y enfrentarse a desafíos de mayor índole.
Es el caso de Sebastián Labandera, ingeniero industrial de Teyma, que con 23 años fue enviado a Emiratos Árabes Unidos a trabajar en la construcción de una planta termosolar.
“Hay posibilidades de crecimiento mucho más explosivas y curvas de aprendizaje bastante más veloces. Desde el punto de vista personal, el ser capaz de convivir con otras nacionalidades, es un aspecto favorable en un mundo cada vez mas globalizado e interculturizado”, dijo.
Empero, a mayor edad del elegido, cambian las expectativas. Lo económico pesa más, así como la seguridad, el crecimiento laboral y, sobre todo, la familia.
“Esta no es una decisión solamente personal. Los datos estadísticos marcan que el 75% de los fracasos en una expatriación son debidos a problemas de adaptación de la familia del expatriado al nuevo entorno y medio cultural”, afirmó Gerardo Torres, director de Management.
Condiciones de vida
Los expertos coinciden en que las condiciones básicas son la vivienda, los seguros de salud, el colegio para los hijos, pasajes para visitar a su país natal al menos una vez al año y, en algunos casos, el alquiler de un auto y costo de actividades o estudios para el cónyuge.
Tener una experiencia laboral en otro país es muy tentador para la carrera del ejecutivo, pero también conlleva el riesgo de que sea un camino sin retorno.
Los más jóvenes se van con un regreso asegurado porque vuelven con experiencia y edad para reinsertarse, o incluso algunos ni siquiera piensan en volver.
Según Geraldine Delfino, socia de PwC, una de las inquietudes de quien se va, es desaparecer del mercado local por unos años, principalmente cuando se trata de personas mayores de 45 años. Ante esto, la experta recomienda mantener la red de contacto viva, aunque algunos ejecutivos obtienen tanto éxito en el mercado al que asisten que logran quedarse más tiempo.
Los prinicipales desafíos son las barreras culturales e idiomáticas, dejar amigos, familiares y el trabajo en el país natal.