Este año lectores, escritores, editoriales, tiendas y muchos más compartieron una evaluación positiva sobre la Feria Internacional del Libro Costa Rica 2013 (FILCR): encontraron una actividad madura y consolidada, que además trascendía el libro como tal.
Parte de este mérito pasa por la gestión de la directora creativa, la periodista Karina Salguero, quien tuvo su primera experiencia en la organización de este tipo de reuniones y dejó altas las expectativas para el 2014.
Ya la relación de Salguero con la FILCR terminó, pero asegura que sigue a la espera de resultados finales para rendir un informe de cierre, con la esperanza de que estos datos sean insumo para un mayor y mejor apoyo gubernamental en el 2014.
¿Cómo se desarrolló el concepto de la Feria?
Afortunadamente, se sabía solo una cosa, y era el invitado especial. Aparte de homenajear la literatura mexicana, no había nada definido, salvo que el Ministerio de Cultura tenía, como su objetivo principal, abrir el acceso a la feria para que más gente llegara. Nos permitieron trabajar tranquilos y presentar una propuesta que iba desde la piel (como lucía) hasta la agenda artística y el diseño de la experiencia ferial.
¿Cuál era el objetivo de esa experiencia?
Era un llamado desesperado a que se leyera, sin importar el formato. Empezamos con el logo: puede ser una laptop , un libro, una tablet , porque en realidad lo que queríamos era expresar que ante todo está el intercambio de conocimiento, la producción de pensamiento crítico, la diversión de leer. En eso se concentra la propuesta. Dijimos “esta es una feria y tiene que trascender la visión tradicional de la literatura
¿Cómo lograron tantas actividades complementarias?
La agenda se construyó primero con México para abarcar ejes centrales de curaduría (editoriales independientes, trascender discursos y hablar de otros temas que se publican). Y además, hubo otro aporte importante de Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes): refrescar la visión que tenemos de México. Yo quería ver reflejada la lucha libre y el día de muertos, ellos estaban muy emocionados pero nos mostraron que faltaban referentes importantes de vanguardia editorial, traspasar fronteras.
¿Fue casualidad que se dieran presentaciones de libros casi todos los días?
Cuando hicimos la presentación a los asociados de la Cámara Costarricense de Libro les dijimos “para que esto funcione, necesitamos que todos hagan sus eventos en las mismas fechas. Van a hacer que crezca la agenda, se van a visibilizar los esfuerzos y vamos a ganar todos”. Entonces, Uruk programó un encuentro de escritores nicaragüenses y estaba anotado Sergio Ramírez. Germinal programó su fiesta de la literatura con una buena delegación de escritores centroamericanos y de otros países, y así.
Hacer la entrada gratuita favoreció la visitación, ¿pero compensó los costos?
Ese dato específico le corresponde a la Cámara. Es muy curioso porque todavía tenemos que recibir el número final de visitación, que creo que supera por mucho el del año pasado, y la cámara tiene que pensar en que se le anote más gente, porque una de sus principales actividades es la venta de stands : más visitación, más stands . La gente no iba una vez: visitaba la feria dos o tres veces y eso no pasaba en las ferias pasadas porque el precio de la entrada dificultaba la experiencia ferial. Además, las ventas fueron de ruptura: se rompieron récords. Ahí hay una lección, debemos retomar esa parte de la feria: debemos bajar los precios sin miedos.
Pero este año sí hubo precios especiales y más ofertas que en ferias anteriores...
Sí hubo y más bien ahora viendo resultados, veo que podemos ir más allá. Hubo editoriales que hicieron ofertas maravillosas de libros maravillosos. México vino con unos 1.500 títulos en 7.000 libros y muchos se agotaron. Todos los invitados internacionales debían tener libros en la feria, porque es muy feo que vayás a conferencia y querés comprar. Entonces se vendieron muy bien. Podemos pensar en crecer un poquito más: todos con buenos precios, no solo algunos.
Llegó más gente y a la vez hubo menos congestionamiento, ¿cómo se logró esto?
Había varias sedes, eso ayudó. Además, estaba el teatro, el toldo, la tarima con la propuesta musical, daban más espacios para moverse, bajo techo, resguardado, protegido. Los fines de semana llegó mucha gente pero se diluía en esos espacios. No sé como explicarlo: la gente vino más veces pero no se acumuló todo en sábado, porque había diferentes cosas que hacer. Eso hizo que se mantuviera constante y no hordas que la hicieran incaminable.
¿Cuál es el futuro de la Feria del Libro en Costa Rica?
En este momento no lo sé y no estoy relacionada con lo que se decida para la Feria del 2014. Habrá cambio de gobierno, no sabemos cuál va a ser la voluntad hacia la Feria. Ojalá la Cámara siga propiciando la colaboración del Ministerio de Cultura. Estamos esperando datos finales de visitación, que ayudarán a decir “vean, esto se puede hacer, no vuelvan atrás, esto debería ser voluntad del Estado”. Lo que quisiera es que se continúe, porque hay mucho que hacer. Esto es el inicio.
Karina asegura que la forma en que se posicione Costa Rica podría ser una forma de forjar alianzas con la región y favorecer el fomento a la lectura. Y aunque ahora ya su trabajo terminó, confiesa que le encantaría repetir, porque “queda uno con muchas ganas de hacer más cosas”.
Relaciones
“Fue muy afortunado encontrar que México y Conaculta se daban cuenta de que Costa Rica podía ser un punto importante de actividad editorial para ellos”.
“Las Ferias del Libro son para eso: traer un invitado tiene una razón, y es dar inicio a una relación de intercambio, cultural y comercial”.
“Van a ver que el próximo año, aún con otro invitado, México tendrá su stand aquí”.
Fuente Karina Salguero.