WASHINGTON.- Desde obsesionados con el fin del mundo que construyen bunkers hasta polígamos mormones o pescadores de atún: para disgusto de los puristas, el canal de televisión de National Geographic parece haber dejado de lado su tradicional perfil científico y didáctico en favor de la telerrealidad.
Uno de los programas más vistos, con un promedio de 800.000 espectadores, es la apocalíptica Doomsday Preppers, en el que personas que se preparan para el fin de la civilización tal como se la conoce cuentan su experiencia. Allí, por ejemplo, se puede ver cómo un hombre se arma para un ataque terrorista que considera inminente.
Wicked Tuna, de gran éxito y con una tercera temporada en producción, gira en torno a la rivalidad entre equipos de pesca en Gloucester, Massachusetts (noreste), cuyos medios de vida dependen de la captura de estos peces.
También ofrece Polygamy USA, protagonizada por una secta mormona disidente que se mantiene fiel al matrimonio plural, además de Ultimate Survival: Alaska, sobre cómo sobrevivir en un desierto helado, y muchas otras series de docu-reality, dedicadas a personajes raros o situaciones más o menos extrañas.
Según Hamish Mykura, director de contenido internacional de National Geographic Channel, esto realmente se trata de "antropología contemporánea".
"Queremos mostrar el mundo en que vivimos, cómo vivimos, ver gente haciendo trabajos peligrosos, interesantes, con programas interesantes, agradables, que la gente quiera ver", dijo a la AFP.
"Es más interesante contar la historia de una persona desde la perspectiva de ella misma, en sus propias palabras, que tener un narrador invisible dando su opinión detrás de la cámara", dijo.
Para disgusto de los puristas, sin embargo, estos programas de telerrealidad del National Geographic Channel -propiedad mayoritaria de la News Corporation de Rupert Murdoch- no hacen honor al legado de 125 años de la venerable revista National Geographic, de la cual surge.
Para ellos, la famosa publicación mensual de tapa amarilla de la National Geographic Society (NGS), una de las mayores organizaciones científicas y educativas sin fines de lucro del mundo, es primero que nada una revista académica, la primera, por ejemplo, de hablar sobre la ciudadela inca de Machu Picchu en Perú.
Es una revista "que siempre ha luchado por buscar la verdad", dijo a la AFP Alan Mairson, un experiodista de esa publicación que creó un blog muy crítico, societymatters.org. La cadena de televisión "quiere entretener, la revista tiene como objetivo educar", dijo.
Estos "programas disminuyen gravemente la credibilidad" de la NGS, dijo de su lado Michael Parfit, documentalista de animales salvajes y excolaborador de la revista. "Algunos programas son excelentes, pero la mayoría no tiene ninguna conexión verdadera con la realidad. (...) Son sólo comedias tontas", dijo a la AFP.
"Otros son ofensivos. Se burlan de la gente", añadió citando una serie sobre los huteritas, una comunidad protestante aislada que exigió disculpas a la cadena tras sentirse "humillada". "Los peores son los temas pseudo-científicos", añadió Parfit, citando una serie sobre ovnis.
Mairson, por su parte, sospecha que el factor Murdoch está en juego, ya que News Corporation cerró su canal de telerrealidad de Fox después de comprar el National Geographic Channel.
¿Qué gana Murdoch con un canal así? "Confianza. Una sensación de autenticidad" que no tenía con la cadena de telerrealidad de Fox.
Para Mykura, empero, "lo que se necesita es reflejar el mundo de National Geographic, con una gran audiencia".
"Siempre habrá algunas personas que piensan que la National Geographic sólo debería hacer programas sobre los elefantes y los glaciares y Papúa Nueva Guinea", dijo a la AFP. "Pero si uno va a hacer un canal de televisión que la gente quiere ver y que es interesante y entretenido, su reto es mucho más importante y significativo que eso".