El Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York (MoMA) rompe la hegemonía artística de lo visual con su primera exposición dedicada al sonido, en una “banda sonora contemporánea” compuesta por 16 artistas que exploran el inasible espectro que se desglosa entre el silencio, la música y el ruido.
Desde el 10 de agosto y hasta el 3 de noviembre, el visitante del museo neoyorquino tendrá que revisar su concepto de exposición para entrar en el pentagrama de Soundings: A contemporary score, que da voz, literalmente, a una nueva generación de artistas que toman el relevo con fuerza a puntuales investigadores del sonido de los que se ha hecho eco el MoMA, como Laurie Anderson.
Esta muestra exige al público cambiar sus prioridades sensoriales, relajar la mirada y agudizar el oído hasta aprender “a visualizar el sonido, una parte importantísima de la experiencia artística contemporáneo desde hace ya varios años”, según el director del MoMA, Glenn Lowry.
La rompedora propuesta está comisariada por Barbara London, cuyo propósito fue “dar un sentido a la textura artística de estos sonidos” y ofrecer un viaje “linguístico, conceptual y musical” por las ondas sonoras, con el fin de seducir, impresionar o emocionar al tímpano y crear una experiencia auditiva colectiva en tiempos en los que el hombre viaja con auriculares que le aislan del mundo.
Esta exposición se complementará en los próximos días con la proyección de películas y programación de conciertos igualmente atípicos.
En el apartado cinematográfico, destacan los mediometrajes Muxima, del chileno Alfredo Jaar y que explora las raíces de la música africana, y The Way Out/Xentos, de Luke Fowler.
Los recitales estarán protagonizados por Pauline Oliveros, que ofrecerá una improvisación titulada What's the Score?, el concierto con instrumentos de cristal de Camille Norment y Stephen Vitiello, o la cascada de sonidos electrónicos de Tistan Perich y Meehan/Perkins Duo.
“Con esta muestra hemos hecho un esfuerzo casi científico”, recalcó el director del museo, quien explicó que con Soundings: A contemporary score demuestra “el impulso continuo del MoMA por seguir a los artistas allá donde se dirijan”.