Como ingrediente de la dieta mediterránea y compañía por excelencia, la cerveza gana poco a poco un papel relevante en la mesa española. Al contrario de Latinoamérica, la principal atracción no recae necesariamente en su grado alcohólico, sino en sus cualidades de acompañante.
Jacobo Olalla, director general de Cerveceros de España, asegura que la bebida alcanza cada vez mayor preponderancia en la mesa española y se disfruta su sabor aún cuando no tenga alcohol.
¿Cuáles deben ser las pautas de consumo para esta bebida?
Es una combinación entre moderación, sensatez y responsabilidad. En algunos casos, el consumo debe ser cero –cuando se trata de menores de edad, conductores o mujeres embarazadas–. La cerveza es un símbolo de convivencia y lo ideal es consumirla con alimentos. Su consumo no se debe focalizarse para el fin de semana, ni tampoco para una noche.
¿Cuál sería entonces la recomendación diaria?
Cuando hablamos de cerveza se debe tener en cuenta que por motivos fisiológicos la mujer tiene una menor tolerancia al alcohol. La decisión también depende del peso de la persona, del grado de alcohol de la bebida que seleccione y de los hábitos de consumo. Es útil tener a mano la receta del 2, 3, 4, 0. Eso significa que la mujer consuma dos bebidas y el hombre 3. En ocasiones especiales la mujer puede llegar a consumir 3 y el hombre 4.
¿La cerveza forma parte de un estilo de vida saludable?
Sí, perfectamente. La cerveza se encuentra dentro de la pirámide de alimentación saludable que promueve la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Forma parte del consumo opcional para adultos sanos. La dieta tradicional mediterránea también reconoce el consumo por los beneficios para la salud. El consumo moderado recomienda dos unidades por día con alimento.
¿Cuáles son los principales mitos alrededor de esta bebida?
¡La panza cervecera! Lo que engorda son las calorías, el no hacer ejercicio. Es necesario colocar en una justa balanza. Es bueno tener en cuenta, que por ejemplo, una cerveza de 100 mililitros contiene 45 calorías. En España, la cerveza está asociada al deporte. Un estudio comprobó que los jóvenes que consumen cerveza hacen más deporte que los jóvenes que consumen otras bebidas. Lo que engorda no es la cerveza, sino los alimentos que se consumen con ella.
¿Cuál es la lectura del cambio de vino a cerveza que ha experimentado España?
El 70% de los consumidores españoles ya han oído hablar de las propiedades positivas de la cerveza y un muy bajo porcentaje opina que se trata de una bebida que engorda. Vamos hacia una cultura de cerveza para conocer las características, propiedades y beneficios.
¿Cuáles medidas puntuales tomaron para ese cambio?
Fue un proceso natural por el conocimiento. Se han publicado estudios científicos que dan a conocer los beneficios en cuanto a hidratación y problemas de osteoporosis.
Pero España es un país con cultura vinícola...
Sí, hay una cultura y tradición de vino, pero la cerveza es una bebida tan antigua que ha empezado a ganar terreno. No solo se consume con alcohol. El 10% de la cerveza que se produce es sin alcohol y del total de consumo en España, un 15% es de cerveza sin alcohol, lo que refleja que hay un interés fuerte por la bebida como tal.
¿Cómo describiría al consumidor de cerveza español?
Es un consumidor que le gusta la cerveza pero no necesariamente se quiere emborrarchar. Toma la bebida muy fría y consume con alimentos. No la escoge por su nivel de alcohol, sino por sus características refrescantes, amargas y de acompañamiento.
¿Cuál es el paso que ha dado el consumidor cervecero frente al de vino?
Se registra un mayor consumo cervecero sin alcohol, que poco a poco se compara con el consumo de vino. Se toma cerveza para disfrutar y no tanto para emborracharse. Beber para acompañar la comida, para tener relajación. No puede ser un proceso acumulativo.
Para brindar
• Consuma alimentos mientras ingiera bebidas con alcohol.
• Evite consumir fármacos o sedantes si va a consumir bebidas alcohólicas.
• No consuma para eludir problemas u olvidar penas.
• Promueva pautas de vida saludables.
Fuente Jacobo Olalla.