Costa Rica no es un mercado de tradición vinícola, sin embargo, el sabor y el placer de las uvas fermentadas continúa conquistando el interés, compañía y paladar de más y más seguidores.
Aunque el país pareciera mantener un romance con el sur, pues el 62% del total de vino que exporta proviene de Chile –según datos de la Dirección de Promoción de Exportaciones Prochile– varios pretendientes han tocado la puerta del mercado con fuerza en los últimos años.
Israel, España, Argentina, Francia e Italia han ganado espacio en las góndolas de los diferentes supermercados y tiendas comercializadoras, y recientemente un país del norte busca su espacio de exhibición.
Se trata de Estados Unidos y su propuesta de vinos californianos de la línea E.&.J. Gallo Winery, empresa estadounidense con más de 75 años de presencia a nivel mundial.
La marca comercializa sus vinos en más de 90 países e incursionaron recientemente en Costa Rica con 9 marcas, entre ellas Tisdale, Naked Grape, Canyon Road, Redwood Greek, Apothic Red, Ghost Pines, Mac Murray, Louis M. Martini y Vella.
Cepa californiana
Los vinos californianos se caraterizan por ser muy frutales. El sello y expresión de esa área es precisamente contar con una serie de micro climas en sus principales valles, los cuales permiten que cada variedad tenga el lugar ideal para desarrollar los niveles de acidez y azúcar requerida por los catadores.
Si bien es cierto otras zonas productoras en Estados Unidos tienen también relevancia, entre ellas Nueva York (Finger Lakes), Washington (Columbia Valley), Oregon (Umpqua Valley) o Massachusetts (Martha’s Vineyard), California se ha posicionado como el estandarte de los vinos estadounidenses y es responsable del 90% del total de la producción.
El portafolio que ingresó recientemente a Costa Rica lo conforman marcas que pretenden incentivar el consumo con vinos “fáciles y amigables”, según explicó Ernesto Peña, internacional area manager de E.&.J. Gallo Winery.
La propuesta incluye vinos ultra premium con más carácter y más robutos, como el Apothic Red, Ghost Pines, Mac Murray y el Louis M. Martini.
Peña asegura que se trata de bebidas con una armonía ideal, que evitan la presencia extrema de alcohol, azúcar y acidez.
“En los vinos es indispensable que exista balance y armonía, que cada uno de sus componentes se exprese en su medida justa y se entregue un vino balanceado y armonioso, y eso es lo que logran los vinos californianos”, explicó.
Ante el amplio y consolidado consumo de la oferta chilena y argentina que se reporta en Costa Rica, Peña asocia ese comportamiento al desconocimiento que existe acerca de la calidad de vinos californianos.
Con él coincide Diana Chaverri, sommelier profesional.
Chaverri considera que se trata de vinos de alta calidad, pues los wine markers estadounidenses han tomado muy en cuenta al consumidor a la hora de elaborar el vino, a diferencia de propuesta como la francesa.
Para ella, los vinos californianos se caracterizan por ser fáciles de tomar. Uno de los más reconocidos es el estilo Chardonnay.
A pesar de que en Costa Rica se exporta vino estadounidense desde hace años, al consumidor costarricense le ha costado habituarse y tener referencia de que en el norte también se producen y comercializan vinos dispuestos a conquistar.