Cuando viajamos a una zona horaria diferente de nuestro reloj biológico, con el tiempo este se ajusta a la hora local. Sin embargo, esto puede tomar varios días porque, por cada hora que se cambia el reloj, se puede necesitar hasta 24 horas de ajuste.
¿Por qué?
Investigadores de diversas universidades identificaron un mecanismo que limita la capacidad del reloj biológico para adaptarse a los cambios en los patrones de luz y la oscuridad, con los cuales se sincronizan diversas funciones corporales, como el sueño, la vigilia, la alimentación y el metabolismo. Esto es lo que se conoce como ciclos circadianos.
En los mamíferos, el reloj circadiano es controlado por un área del cerebro que pone a cada célula del cuerpo dentro del mismo ritmo biológico. Un sistema especializado en los ojos detecta la hora del día mediante la detección de la luz ambiental y el cerebro sincroniza la información con el reloj biológico a la hora local, explican en el sitio de la fundación Wellcome Trust and F. Hoffmann La Roche.
Los científicos identificaron alrededor de 100 genes que se activan en respuesta a la luz y vieron que, si se bloquea su actividad, el reloj se recuperan más rápidamente de alteraciones en el horario.
"Hemos identificado una proteína represora en el reloj y se encontró que mediante la eliminación de esta proteína, la función de reloj cerebral mejoró sorprendentemente", explicó Nahum Sonenberg, en el sitio de la Universidad McGill.
Utilidad
Las interrupciones en el sistema circadiano se han relacionado con enfermedades crónicas, como el cáncer, la diabetes, y enfermedades del corazón, así como la inmunidad debilitada a las infecciones y deterioro de la cognición.
De hecho, recientemente, los investigadores vieron que los trastornos circadianos son una característica común de varias enfermedades mentales, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
En opinión de Ruifeng Cao, otro de los investigadores, "una función de reloj más fuerte puede ayudar a mejorar muchos procesos fisiológicos, como el envejecimiento".
"Aún estamos varios años lejos de una cura para el jet- lag, pero la comprensión de los mecanismos que generan y regular nuestro reloj circadiano permitirían desarrollar medicamentos para ayudar a traer el cuerpo a tono con el ciclo solar”, dijo Russell Foster, director de la Universidad de Oxford.