El canto coral promueve el bienestar debido a que la estructura de la música fomenta la variabilidad del ritmo cardíaco de los cantantes.
A esta conclusión llegó un estudio publicado en la red abierta de investigación denominada Frontiers, en el cual se explica que esa actividad exige respirar más lento de lo normal, lo que repercute en la actividad del corazón.
El acoplamiento de la variabilidad del ritmo cardíaco a la respiración “tiene un efecto calmante biológicamente y es beneficioso para la función cardiovascular”, aseguran los investigadores.
Para el estudio, realizado con mujeres y hombres sanos de 18 años de edad, se les pidió a los participantes tararear un solo tono y respirar siempre que lo necesitaran, cantar un himno sin una respiración guiada y cantar un mantra lento, en el cual únicamente respiraran entre las frases musicales.
Luego de medir la frecuencia cardíaca de forma continua, los investigadores vieron que cantar estructuras de canciones regulares hacía que el corazón del cantante se acelerara y desacelerara de forma simultánea.
"Así, demostramos cómo se conectan la estructura de la canción, la respiración y la frecuencia cardiaca", aseguraron.