¿Es el cambio climático de nuestra entera responsabilidad? ¿Es la mala distribución de la riqueza producto de nuestro afán por crecer individualmente? ¿Es la tecnología nuestra mejor oportunidad de subsistir o una enemiga disfrazada?
Necesitamos un gobernante que sepa escuchar, dialogar, negociar, transar, conciliar, generar confianza, conseguir aliados; no uno adicto a las imposiciones, discordias, conflictos, tensiones, divisiones, agravios, atropellos y abusos de poder.
Se debe votar con el cerebro más que con el hígado, y con más neuronas que bilis. Ejercer el derecho al sufragio debería ser un acto donde pesen más la sensatez, cordura, inteligencia y prudencia que el enojo, la sed de venganza, la impulsividad.